Pocas veces un reconocimiento es tan merecido y oportuno a la vez. Los guaraperos de La Gomera han visto cómo esta legendaria actividad económica que se centra en la extracción y elaboración de la miel de palma recibirá el Día de Canarias la Medalla de Oro. Una manera de premiar la que se ha convertido en otra de las particularidades de una isla muy particular. El homenaje coincide con la lucha que desde el sector, el Cabildo de La Gomera y Gobierno canario se ha iniciado para que finalmente se acepte el nombre de miel de palma, en vez del de sirope o savia que se ha impuesto desde la Unión Europea (UE). Todo ello bajo el argumento de no confundirlo con el producto que elaboran las abejas.

El presidente de la institución insular, Casimiro Curbelo Curbelo, considera que se trata de un homenaje "muy merecido" porque se premia a unos productores, como los guaraperos, que "dedican su vida a conservar una tradición y, por lo tanto, un valor histórico y etnográfico y una sabiduría adquirida generación tras generación hasta la actualidad".

Aun así, Curbelo resalta aspectos no menos importantes como la creación de empleo y el sustento y economía de un buen número de familias que viven de los ingresos que genera el guarapeo, tanto en lo que se refiere a su extracción, como cocción y elaboración de la miel de palma. El presidente del Cabildo también subraya la proyección que esta actividad tiene de cara al turismo, tal y cómo se pone de relieve año tras año. En cuanto al mantenimiento de la denominación original, Curbelo indica que se está ante un malentendido por parte de la Unión Europea (UE), porque en ningún momento los productores de Alojera compiten con la miel de las abejas: "Existe una evidente falta de conocimiento de la realidad", dice. Por el lado positivo, sin embargo, está el apoyo que ha dado el Gobierno canario al nombre, lo que bajo el punto de vista del presidente del Cabildo "significa un conocimiento que se hace de unos trabajadores que custodian y cuidan con mucho celo las palmeras. Un elemento singular del paisaje de la Isla".

El miembro de la Asociación de Productores de Miel de Palma de La Gomera Juan Ramón León no puede esconder la satisfacción por la concesión de la medalla. Y ello pese a que cuando fue entrevistado aún no había tenido tiempo de conocer en detalle la noticia. Pero no duda en señalar que le parece "estupendo", en cuanto viene a subrayar la importancia de esta labor ancestral, casi exclusiva de La Gomera.

"Estamos hablando de algo que va más allá de una simple profesión o actividad económica y que supone toda una cultura única. Me parece muy bien", señala. Este productor indica que, sin duda, el título les ayudará a que se conozca mejor el producto y supone un apoyo fundamental en la batalla para que recobre su denominación original. "Pienso que será un espaldarazo en esta lucha que siempre he estado seguro de que lograremos ganar". León lleva toda la vida relacionado con el mundo de la miel de palma, pero profesionalmente le ha dedicado ya 29 años. Primero como guarapero y ahora con su empresa.

Dentro de las dificultades, el sector vive un momento dulce; el reglamento puesto en marcha desde hace años por el Cabildo ha logrado regularizar esta actividad y proteger las palmeras, a la vez. Puntos que los productores han acogido con los brazos abiertos: "Todo lo que sea ordenar está bien para todos. Hay unas normas que debemos cumplir, porque lo que no puede ser es dejar al sector de la mano". Por ejemplo, el reglamento limita el número de ejemplares que pueden ser utilizados en estas labores y establece unos topes de producción. No es raro, por lo tanto, que la totalidad del producto se venda y encuentre lugar en el mercado, exclusivamente en Canarias. En estos momentos hay una decena de empresas que extraen el producto de alrededor de 500 palmeras de las doscientas mil censadas.

Otra polémica es la del aceite de palma. Deja claro el representante del sector que las palmeras de La Gomera y la miel que se obtiene no tienen nada que ver con dicho componente.