Científicos del Gobierno de Canarias y del Banco Español de Algas han asegurado hoy que las microalgas presentes en el litoral de las islas no son nocivas ni favorecen la aparición de tumores ni de la hepatitis B y que, por ello, ni siquiera es preciso prohibir el baño donde se detecten. Unas conclusiones que ya expusieron algunos de ellos en otra rueda de prensa el pasado día 16.

"Un leve prurito en la piel", que, como mucho, puede agravarse hasta convertirse en dermatitis en gente con especial sensibilidad o alérgica, es el único daño que es capaz de provocar en los humanos esa de microalga, identificada como la cianobacteria Trichodesmium erythreaum, han dicho esos expertos en una rueda de prensa convocada ante la "alarma innecesaria" que opinan que ha causado el fenómeno.

Y es que, aunque la detección de concentraciones de ejemplares de esa especie ha producido "una percepción de riesgo importante en la población", esa reacción no está justificada y solo es explicable, según ha sostenido la jefa de servicio de Sanidad Ambiental del Gobierno Autónomo, María Luisa Pita, por una "confusión" a que ha llevado la conjunción de varias circunstancias.

Entre ellas, Pita ha citado "un repunte importante de la hepatitis B" que se ha asociado al fenómeno sin razón, ya que el aumento de casos de esa patología se está dando en toda Europa y "no tiene nada que ver con este hecho", sino que ha venido motivado porque "se ha bajado la guardia en las medidas de protección en determinadas prácticas sexuales" y eso ha propiciado el contagio.

Otra "variable muy desafortunada" que ha contribuido a que se extendiera el temor a las microalgas ha sido, según ha añadido la responsable de Sanidad Ambiental, la difusión de extractos de un análisis científico que se hizo sobre las mismas y en el que se señalaba que aquellas habían favorecido la aparición de tumores hepáticos en ratones durante experimentos en laboratorio.

Un hecho este que "no es extrapolable al ser humano", sobre todo porque los animales que enfermaron en esos experimentos lo hicieron tras ser sometidos a "altas concentraciones" de sustancias extraídas de esas microalgas que no se dan en las aguas donde estas aparecen, ha asegurado el técnico del departamento de Biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente regional Rogelio Herrera.

Doctor en Ciencias del Mar, Herrera ha cuestionado, además, el hecho en sí de que se haya difundido el referido análisis, que ha considerado que no puede ser entendido por el público porque "es un informe técnico, para que lo interpreten los técnicos" y sean estos quienes saquen conclusiones sobre lo que implican.

Su planteamiento ha sido respaldado, de hecho, por el propio responsable de la elaboración de aquel informe, el experto del Banco Español de Algas Emilio Soler, quien ha subrayado que la cianobacteria Trichodesmium erythreaum es "muy común en aguas oceánicas de Canarias" y está presente en costas de otros lugares, como Australia o Hawai, donde no generan tanta alerta.

Puesto que, según ha argumentado, lo máximo que puede causar a las personas es una dermatitis y para evitar esa posibilidad no hay que adoptar muchas precauciones, sino solo "aplicar el sentido común" y no bañarse en aguas donde se aprecie una concentración abundante de ejemplares que formen una mancha.

Razones esas por las que ha opinado que ni siquiera es preciso prohibir el baño en las zonas donde aparecen las microalgas sino hacer la recomendación de no entrar en contacto con ellas.

Por ello, ha afirmado que, a su entender, las medidas que se han adoptado hasta ahora "se han tomado correctamente".

Su postura ha sido respaldada, además, por María Luisa Pita, que ha mostrado su desacuerdo con quienes han planteado que se debería haber prohibido el baño en las costas donde se detectaran porque, según ha dicho, "las medidas deben ser proporcionadas a las dimensiones del problema que se pretende evitar".