Crítico pero con la mirada puesta en un horizonte esperanzador. El rector de la Universidad de La Laguna (ULL), Antonio Martinón, inauguró ayer el curso académico con un mensaje claro dirigido a compañeros y políticos, pero sobre todo a ciudadanos: Canarias necesita incrementar los fondos que dedica a I+D para convertirse en una región más competitiva y próspera. La escasa apuesta por el conocimiento -se invierte el 0,5% del PIB- provoca elevadas tasas de desempleo, cronificación de la precariedad laboral, pobreza y desigualdad económica. Aún así, la ULL ha logrado situarse este año "entre las candidatas a formar parte del top 500 de centros académicos del mundo de acuerdo con el prestigioso ranquin de Sanghái". El futuro pasa, precisó, por seguir trabajando en la mejora de la calidad y el aumento de la investigación, pero, especialmente, en la internacionalización de la Universidad.

Para adaptarse a los nuevos tiempos, el centro prepara cambios importantes en su oferta académica. "Nuestros títulos han superado las evaluaciones a las que se han sometido y este curso realizaremos una profunda transformación de algunos, ampliando los que se imparten en línea, ofreciendo dobles títulos e incrementando la docencia en inglés". La plantilla de profesores y de estudios "no se reducirá", sino que se potenciará.

La calidad de la Universidad, no obstante, no depende en exclusiva de ella misma. El rector recordó que la ULL nació y sobrevivió a muchos obstáculos que amenazaban su supervivencia gracias a la sociedad canaria, que luchó por ello. También ahora es conveniente su apoyo.

"Somos una universidad que nació hace 225 años gracias al empeño de los insulares de aquella época. Durante ese tiempo fue necesario, cada vez que se cerraba la universidad, que los canarios volvieran a plantear con fuerza la necesidad de contar con un centro superior hasta conseguir que las puertas se volvieran a abrir. Hemos sido lo que la sociedad canaria ha querido que seamos", resumió. "No somos menos inteligentes que otros ni menos trabajadores, simplemente contamos con los medios que tenemos".

El rector aprovechó su intervención para destacar algunos datos que ayudan a tener una imagen de la sociedad canaria tras la crisis. "Algunos indicadores de la enseñanza no universitaria - advirtió- ponen de manifiesto que han crecido las diferencias con la media española y que tenemos en las Islas un débil sistema de I+D, lo que se entiende bien al recordar que solo el 0,5% de nuestro PIB se dedica a esa actividad, mientras que la media española se sitúa en 1,2%".

El dirigente basó esta parte de su discurso en el de la socióloga Teresa González de la Fe, que previamente había dictado la lección inaugural. La docente recordó el nacimiento del título en la ULL, a finales de los años 90, y reivindicó la importancia de la sociología para conocer a los individuos y garantizar, entre otras cosas, la eficacia de las políticas públicas. En su ponencia denunció el efecto excluyente que tiene el capitalismo en las Islas y mostró las enormes diferencias entre la sociedad del conocimiento y la industrial.

"A diferencia del dinero -por muy abstracto que sea-, el conocimiento es intangible y se puede compartir: que esté en tu cabeza no impide que esté en la mía ni merma un ápice su contenido. Los trabajadores del conocimiento son dueños de sus medios de producción aunque no lo sean de los resultados de sus trabajos, lo que está alterando la naturaleza y definiciones del trabajo y el salario heredadas de las sociedades industriales".

Medio millón menos para la ULL que para la ULPGC

El rector de la ULL se quejó ayer de que el centro reciba en los Presupuestos Generales del Estado medio millón menos que la ULPGC. Mientras que el centro grancanario cuenta con 1.5 millones gracias a una enmienda de Nueva Canarias, la ULL solo recibe, y en exclusiva para el Instituto de Enfermedades Tropicales, 1 millón. La partida para infraestructuras aportada este año por el Gobierno regional sí ha sido equitativa: 2 millones para cada institución.