La mayoría de las empresas públicas de la Comunidad Autónoma finalizó el ejercicio 2016 con pérdidas. La Audiencia de Cuentas de Canarias (ACC) cifra en casi 50 millones de euros -49,7- el resultado negativo obtenido por el sector público empresarial, tres millones menos que en el año anterior, y ello a pesar de que a las cuatro empresas que suelen alcanzar beneficios -Grafcan, Grecasa, Visocan y Puertos Canarios- se sumó una quinta, Gesplan.

Las pérdidas acumuladas por las sociedades y entidades públicas empresariales obedecen, sobre todo, a las registradas por Televisión Pública de Canarias (TVPC) -29,5 millones de euros- y Gestur Tenerife (5,4 millones), señala el órgano fiscalizador en su informe sobre la Cuenta General de la Comunidad Autónoma en 2016.

Las pérdidas de las sociedades y entidades públicas empresariales se unen a la reducción de su cifra agregada de negocios a 99,7 millones de euros, "continuando así con la senda decreciente iniciada en 2011", indica la Audiencia de Cuentas.

El retroceso de sus resultados obligó a 16 de las 22 empresas -21 al final del ejercicio, puesto que Gestur CajaCanarias fue disuelta en diciembre- a modificar sus presupuestos, aunque catorce de ellas no pidieron la preceptiva autorización.

En el lado positivo, el pasivo del sector público autonómico se redujo en 11 millones de euros en relación al ejercicio anterior, consecuencia, sobre todo, de la disminución de la deuda de Visocan y Gestur Tenerife.

Las políticas de personal vuelven a ser objeto de reproche por parte de la Audiencia de Cuentas. Así, once de las sociedades y entidades empresariales sobrepasaron el gasto en esta materia que tenían asignado sin contar con autorización para ello. Al órgano de fiscalización tampoco le consta que el ITC, la Essscan, Hecansa, Puertos, Proexca, Promotur y GMR hayan efectuado comunicación para contratar personal a la Dirección General de Presupuesto del Gobierno canario.

También en materia de recursos humanos, la ACC advierte de que Gesplan incorporó personal temporal "sin que exista acreditación de no poder realizarse la actividad por el personal fijo de su plantilla". La Audiencia formula observaciones similares sobre Puertos -no se conoce el procedimiento para seleccionar tres trabajadores temporales-, Gestur Tenerife, Grecasa y la radio y la televisión públicas.

Con todo, el gasto total en personal se recortó en 1,4 millones de euros en 2016, mientras que la plantilla perdió once efectivos.

El informe de fiscalización de la cuenta general de la Comunidad Autónoma en 2016 detecta algunas prácticas que ya la Audiencia de Cuentas había afeado al sector público empresarial del Gobierno regional, pero también observa que otras se han corregido. Es el caso del exceso de subcontrataciones en las encomiendas de gestión que reciben las empresas públicas.

La Ley de Presupuestos establece que, si en la encomienda no figura un límite especial, se podrá contratar con terceros hasta un porcentaje que no supere el 50% del importe de los trabajos. En 2015, las encomiendas que sobrepasaron este umbral ascendieron a ocho, mientras que un año más tarde la cifra se había reducido a una, que correspondió a Canarias Cultura en Red.

Fueron mayoría las sociedades y entidades públicas empresariales que pagaron a proveedores en un plazo inferior a 30 días. Las que lo superaron fueron Canarias Congress Bureau Tenerife Sur (CCB Tenerife), GMR (Gestión del Medio Rural), Hecansa, Gesplan, Saturno y GSC (Gestión de Servicios para la Salud y Seguridad).

Como observación general, el órgano fiscalizador apunta a la ausencia de objetivos generales de estas entidades ni de indicadores que permitan medir si estos se alcanzan, "hecho que se viene repitiendo en ejercicios anteriores", precisa. "En general, la actividad a realizar se vincula al coste y, en algunos casos, ni siquiera se estima su cuantía", señala el informe de la cuenta general de 2016.

En el capítulo de los incumplimientos, el análisis efectuado por la Audiencia incide en que los planes de viabilidad de las empresas contemplaban vincular una parte de las retribuciones variables del personal a los objetivos conseguidos, una previsión que no se ha materializado.