La Universidad de La Laguna (ULL) no tomará medidas por el escrache a un profesor el pasado 8 de marzo, cuando un grupo de alumnas acusó públicamente a un docente de acoso sexual, si no hay denuncia. El rector de la ULL, Antonio Martinón, subrayó ayer que el centro fue "pionero" en la puesta en marcha de un protocolo contra el acoso sexual y sexista y que durante su vigencia -tres años- ha registrado diez denuncias de este tipo.

Dentro de estas quejas se han dado situaciones diversas, explica.

Hay alumnas que han presentado quejas por el comportamiento de su profesor, pero también docentes que se han quejado de otros colegas o hasta de alumnos. "Estamos comprometidos con este tema, pero la Universidad es una institución garantista; es necesario que haya una denuncia para poder actuar", explicó ayer el rector, que se mostró muy sensible con los casos en los que hay una relación jerárquica.

"Este rectorado no actúa ante una cadena de rumores o de linchamiento público que no se fundamenta en denuncia alguna, sino que lo hace bajo un procedimiento garantista para todas las partes, donde la confidencialidad y el respeto al proceso se ajustan en todo momento a la legalidad".

Para abordar este asunto, ayer por la mañana el rector se reunió con el decano de Humanidades -facultad en la que tuvo lugar el incidente- y varios directores de departamentos afectados, además de la directora de la Unidad de Igualdad de Género del centro. La reunión sirvió para poner en común toda la información recabada sobre el asunto y confirmar que no existe ninguna queja al respecto.

El rector confirmó a este periódico que la Universidad tiene previsto "revisar" el protocolo para evaluar si es posible introducir mejoras, pero no como consecuencia de este hecho. "Ya teníamos previsto analizarlo, igual que otras herramientas que impulsa la Universidad. Queremos hablar especialmente con las psicólogas que trabajan en el servicio para saber qué aspectos se pueden mejorar", especificó.

Martinón insistió en que la ULL combatirá cualquier hecho de este tipo, pero que debe hacerlo dentro de "los límites de la legalidad", y recordó que el protocolo se ha puesto en marcha siempre que ha sido solicitado y han existido pruebas de que existe una situación de acoso. "La Universidad -recordó- no es ajena a la sociedad, pero no es algo que ocurra habitualmente. Se ha activado en diez ocasiones y somos unas 22.000 personas", sintetizó.

Fuentes de la Unidad de Igualdad de la ULL defendieron también la diligencia con la que se actúa en estos casos. "Los papeles no se quedan sobre la mesa". La Unidad prorrogó recientemente el Plan de Igualdad del centro y se ha marcado una hoja de ruta durante 2018 para concluir algunos aspectos que quedaron pendientes. El objetivo es poner en marcha el siguiente plan dentro de un año.