El simple hecho de lavarse las manos podría parecer una nimiedad. Sin embargo, cobra realmente importancia en el ámbito sanitario y a la hora de prevenir infecciones graves y distintas enfermedades. De ello se dio cuenta la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2004, cuando informó a la población mundial de la importancia de realizar esta tarea en distintas situaciones e instó a hacerlo con una gran campaña que sigue vigente a día de hoy.

Llegar a esta conclusión, sin embargo, no fue tan fácil y, en algunos casos, llegó a dejar víctimas mortales. En el Hospital Universitario de Canarias (HUC) lo recuerdan consternados. Sucedió en 2001 en la Unidad de Neonatología, cuando un paciente llegó con una enfermedad que los sanitarios no pudieron evitar que se diseminara. "Murieron cuatro niños", recuerda María José Rodríguez, la supervisora de dicha unidad. Fue desde entonces, y con la ayuda de la Unidad de microbiología y control de la infección, cuando empezaron a formarse sobre el lavado de manos. Así, han conseguido una adherencia del 100% en la unidad, "nadie entra sin lavarse las manos", afirma Rodríguez, lo que ha reducido considerablemente las infecciones provocadas en el propio hospital.

Según la OMS, hasta el 25% de los efectos adversos que se producen en los pacientes se generan durante la asistencia sanitaria. La mayoría son infecciones que se producen habitualmente por transmisión de microorganismos cuando el personal sanitario toca al paciente con sus manos sin realizar esta sencilla técnica. De hecho, de cada 100 pacientes hospitalizados, al menos 7 contraerán una infección relacionada con la atención sanitaria. Entre los pacientes en estado crítico de las unidades de medicina intensiva, esta cifra puede llegar al 30%. Por eso estas últimas siguen un estricto control de adherencia.

La sencillez del lavado de manos hace que muchas veces se ignoren sus ventajas. De hecho, la OMS remarca que hasta el 60% de las veces que un sanitario tiene la oportunidad de lavarse las manos no lo hace. Esta realidad es algo de lo que también se ha percatado la enfermera de la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) Patricia Ramos, quien asegura que debido a "las prisas y el estrés de la rutina" los profesionales suelen olvidar esta higiene.

No obstante, poco a poco todos los sanitarios de los hospitales de Canarias se han ido concienciando de lo importante que es mantener las manos limpias. Ejemplo de ello son los servicios de cuidados intensivos del HUC, que han conseguido superar la media de adhesión de los hospitales españoles a esta práctica.

Antes de tocar al paciente y de realizar la tarea, después del riesgo de exposición a líquidos corporales y de tocar al paciente y, finalmente, tras el contacto con el entorno del paciente. Son los cinco momentos donde los sanitarios deben recordar lavarse las manos para conseguir una mejor calidad de los cuidados, una menor estancia, menos costes de hospitalización y, sin duda, evitar la muerte por infección.