El presidente del Consejo Rector de RadioTelevisión Canaria (RTVC), Santiago Negrín, presentó ayer su dimisión irrevocable por motivos personales. También abandona su cargo como administrador único de Televisión Pública de Canarias y la Radio Pública de Canarias. En la carta que dirige a la responsable del Parlamento autonómico, Carolina Darias, hace constar que ha llegado al fin de sus fuerzas. A continuación se transcribe el escrito:

"Me dirijo a usted para informarle de mi renuncia irrevocable, por razones personales, como presidente del Ente público Radio Televisión Canaria, cargo que como bien sabe es ejercido actualmente en funciones, así como a mi condición de administrador único de sus sociedades mercantiles Televisión Pública de Canarias SA y Radio Pública de Canarias.

Como supondrá, esta no es una decisión fácil. Desde que fui elegido por el Parlamento de Canarias en el año 2015, he intentado actuar con la máxima responsabilidad y lealtad por el bien de un servicio público que entiendo esencial para la unidad de todos los canarios. La radio y la televisión públicas ejercen un papel fundamental en el conocimiento de nuestras islas y sus gentes. Son el nexo de unión de un territorio fragmentado, y si hay un lugar en el que tienen sentido unos medios de comunicación regionales, ese es Canarias.

Sin embargo, me es totalmente imposible continuar con la tarea que se me ha encomendado.

A nadie se le esconde ya que la Ley 13/2014 ha sumido a RTVC en una situación de inestabilidad que ha complicado sobremanera la gestión hasta hacerla prácticamente imposible. Una ley en la que no quedan claras las funciones de sus órganos ha creado un clima irrespirable que paraliza cualquier acción que se quiera afrontar. Como bien sabe, una amplia mayoría del Parlamento ha admitido que la ley necesita una urgente reforma, y confío en que esta llegue lo antes posible por el bien de RTVC y sus trabajadores.

Tampoco ha ayudado el debate abierto sobre el modelo. Aún está pendiente la aprobación por el Pleno del Mandato Marco que establece el modelo que RTVC debe seguir. Superó el trámite en la Comisión de Control, pero sus señorías frenaron el texto antes de su aprobación definitiva.

A esto hay que sumar un Consejo Rector reducido e inoperante que sus señorías no han conseguido renovar y que, además y tal como informó usted misma el pasado 30 de abril, se encuentra en funciones. Ha faltado predisposición al diálogo, a buscar soluciones a problemas que deberían estar por encima de cualquier interés personal o partidista. Desde el Consejo Rector, se ha promovido la judicialización de cualquier decisión. Todo ello ha supuesto un desgaste a todos los niveles difícil de superar.

No puedo dejar de expresar mi frustración ante el fracaso de la renovación del Consejo Rector, que nos hubiera aportado estabilidad y hubiera permitido dar firmeza a la toma de decisiones. Por el contrario, hemos asistido a la vergüenza de ver cómo se maltrataba a dos profesionales ajenas al permanente estado de conflicto en el que se ha sumido a la RTVC.

RTVC es la víctima de una batalla política encarnizada en la que nadie se ha parado a pensar en las consecuencias que esta tendría para sus empleados ni para el servicio público.

Creo que, a la vista del trato recibido durante meses, he pagado con creces los errores de gestión que se me puedan atribuir y lamento profundamente aquellos que seguro he podido cometer.

He dado cuenta ante la Cámara cada vez que se me ha requerido, jamás me he defendido fuera del espacio de la Comisión de Control por respeto a la Cámara, he sufrido todo tipo de presiones, se me ha descalificado con una crudeza que excedía el ámbito de la gestión pública, he sostenido con convicción mis acciones dispuesto a asumir mis responsabilidades y sus consecuencias, y desgraciadamente todo tiene un límite.

Señora presidenta, he llegado al final de mis fuerzas. La presión mediática, la controversia judicial y la política partidista, así como la carencia de los más mínimos instrumentos para afrontar la gestión con un mínimo de garantías han terminado afectando a mi salud. Ya no creo ser capaz de seguir adelante con un proyecto con el que he estado comprometido en las circunstancias más desfavorables. El coste personal de estos años para mí y mi familia ha sido extremadamente alto y por ellos y por mí mismo debo dar un paso atrás.

Los acontecimientos de estos últimos días han precipitado mi decisión. En el auto recibido el pasado martes del Juzgado número 1 de lo Contencioso Administrativo de Santa Cruz de Tenerife, a petición de la actual adjudicataria, el magistrado, si bien no plantea medidas cautelares de suspensión del procedimiento de negociado sin publicidad para la contratación de la prestación de los servicios informativos, se reitera de forma categórica en un amplio escrito de 11 páginas en su criterio de que el administrador único de TVPC no es competente como órgano de contratación.

Debo insistir en que todas mis actuaciones se han basado siempre en la legalidad y el interés general, así como en la salvaguarda de este servicio y de los recursos públicos que en él se invierten. En todo momento me he asesorado adecuadamente y mis decisiones han sido respaldadas con acreditados informes jurídicos. Además, siempre he dado la cara y he ofrecido todas las explicaciones que se me han exigido en el Parlamento de Canarias, cumpliendo con la lealtad que siempre he entendido le debo como institución de la que depende RTVC.

A pesar de todo, se me ha acusado, incluso en sede parlamentaria, de la intención de favorecer concretos intereses privados en el concurso de los servicios informativos. La única defensa que he tenido ante tan graves acusaciones que han atentado contra mi honorabilidad han sido el tiempo y los hechos. La realidad ha demostrado que el concurso ha sido limpio y que mi único objetivo ha sido evitar que la Televisión Canaria se vaya a negro el próximo 30 de junio. De hecho, quienes se erigieron en garantes de la legalidad frente a la convocatoria, pliegos y competencia del órgano de contratación han decidido cambiar sus planteamientos a tenor de lo sucedido en esta licitación. Lo único que se ha conseguido es crear una incertidumbre jurídica que hoy pesa sobre mi persona y sobre todo el procedimiento.

Quiero trasladarle mi reconocimiento al trabajo de los empleados de RTVC, TVPC y RPC así como del equipo humano de las distintas productoras que han hecho esta televisión posible.

Estoy convencido de que los grupos parlamentarios serán capaces de llegar a acuerdos y de establecer las medidas más convenientes para garantizar la viabilidad de RTVC.

Cuando la familia, que es quien verdaderamente ha respaldado cualquier determinación en este tiempo, o la salud se ven afectadas, es el momento de abandonar. Sé que esta decisión les aportará paz, tranquilidad y alegría por recuperar a un marido, un padre y un hijo".