Un grupo de docentes de la Facultad de Ciencias de la Universidad de La Laguna (ULL) ha diseñado un indicador que predice el rendimiento de los alumnos que llegan a la Universidad a partir de las calificaciones de Bachillerato y la nota que obtienen en la prueba de acceso. El objetivo de este modelo -desarrollado como un proyecto de innovación educativa de todo el centro- permite detectar y atender las deficiencias formativas de los jóvenes que cursan Biología, Física, Geología, Matemáticas y Química para el alumnado de nuevo ingreso.

La profesora María Isabel Marrero Rodríguez, del Departamento de Análisis Matemático, consideró que era necesario contar con un indicador de este tipo hace unos dos años, cuando ocupaba el cargo de vicedecana de Calidad de la Facultad de Ciencias y el centro tuvo que llevar a cabo los procesos de acreditación de sus titulaciones, como establece la Agencia Nacional de Evaluación y de la Calidad y Acreditación. La docente pensó entonces que para articular políticas orientadas a mejorar los resultados de los alumnos tenían que saber con qué perfil llegaban de los institutos. Se puso en contacto con un compañero experto en estadística, Roberto Dorta Guerra, y, tras leer mucha literatura especializada en el asunto, decidieron diseñar una herramienta capaz de predecir el éxito o el fracaso de los jóvenes que empezaban su formación universitaria.

"¿De qué sirve tener un indicador así? Para establecer un umbral de riesgo. Si sabes qué alumnos tienen más posibilidades de fracasar, también puedes ayudarles más y reducir ese fracaso", resume la docente.

Para diseñar el indicador, los profesores han relacionado los resultados del primer cuatrimestre del primer año con los resultados del Bachillerato y de la nota de la prueba de acceso a la Universidad. Los resultados son contundentes en todos los grados de Ciencias: lo que se hace en Bachillerato es determinante. El modelo es matemático, pero Marrero y Dorta se atreven a interpretar: en "la constancia" puede estar la clave.

Pero además de saber los motivos del fracaso, los docentes quieren anticiparse a él y ponerle remedio. "Si el alumno sabe que está entre los estudiantes de riesgo, puede tomar conciencia de su situación. Al mismo tiempo, los docentes pueden darle más herramientas -enseñarle técnicas de estudio, por ejemplo- para evitar su fracaso", plantea Marrero.

Roberto Dorta, el estadístico que se ha encargado de diseñar este modelo matemático, es el primer sorprendido de la gran correlación que hay entre las calificaciones de Bachillerato y los resultados durante el primer cuatrimestre. "Se repite en todos los grados de Ciencias: la variable que se encuentra más correlacionada con el rendimiento futuro de un alumno es la nota media obtenida en el Bachillerato, es decir, es la variable que más contribuye a explicar el rendimiento futuro de los estudiantes de grado".

El indicador es útil para cualquier Universidad, pero más para instituciones como la de La Laguna, cuyos alumnos están a la cabeza en bajo rendimiento y fracaso. "Está demostrado que los cursos cero no suplen las carencias que tienen los chicos cuando llegan, hay que buscar otras fórmulas", sugiere Marrero.

El Grado de Matemáticas es la titulación en la que es más alta la correlación entre los resultados de Bachillerato y las notas del primer cuatrimestre en la ULL. La nota de modalidad y la específica -en este orden- son las variables que más influyen a continuación. Los docentes creen que el modelo se puede usar en cualquier titulación y "es una herramienta de utilidad y gran valor predictivo que puede ser empleada por la universidad para detectar a aquellos individuos susceptibles de ser orientados hacia la mejora de su aprovechamiento académico", se explica en la presentación del proyecto.

Un estudio elaborado por la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CyD) coloca a Canarias como la región donde los alumnos obtienen peores resultados en PISA y, al mismo tiempo, mejores notas en las pruebas de acceso a la Universidad. Este desajuste ha generado críticas desde algunos sectores sociales y políticos, que han sembrado la duda sobre si la Selectividad es más sencilla en unas universidades que en otras. Este indicador no resuelve la polémica, pero sí demuestra que los resultados del Bachillerato son más importantes que los de una sola prueba. "La foto es esa. Ese estudio tiene datos objetivos que están ahí. Cómo los interpretemos es otra cosa", concluye la profesora Marrero.