Canarias supera la media española en pobreza y pobreza severa y, sin embargo, se sitúa ligeramente por debajo en pobreza energética gracias a sus circunstancias geoclimáticas, aunque con tendencia a converger, según un estudio realizado en la Universidad de La Laguna (ULL).

"En España hay personas no pobres que son pobres energéticamente; en Canarias hay personas pobres que no son pobres energéticamente", explicó Francisco Ramos Real, catedrático de análisis económico y coordinador del estudio, encargado por el comisionado de Inclusión Social y Lucha contra la Pobreza del Gobierno canario, Santiago Rodríguez. Esto se debe a que el consumo de energía por hogar en Canarias es el 60% de la media debido a las menores necesidades de climatización, dijo Ramos Real en la presentación del estudio.

El equipo ha creado su propio indicador, denominado IPEC, para medir la pobreza energética, ante la falta de una definición común, y está basado en los ingresos de los hogares (por debajo del 60% de la mediana nacional) y el porcentaje de la renta que dedican al gasto energético (superior a la mediana nacional o al 10% de los ingresos). El IPEC indica que en Canarias un 11,43% de los hogares sufría pobreza energética en 2016, frente al 12,48% del conjunto de España.

Sin embargo, en 2006 el índice era del 1,65% en las Islas y del 9,63% en el conjunto del país, una diferencia que ha tendido a reducirse a medida que la crisis económica ha afectado más al Archipiélago, donde la renta de las familias ha bajado más y la desigualdad se ha incrementado a mayor ritmo.

El estudio define la pobreza energética en función del precio de la energía, los ingresos de los hogares y la eficiencia energética de la vivienda, un aspecto este último en el que, según el estudio, Canarias no está en buena situación por la mala calidad de la construcción.

Se trata, para los autores, de la "incapacidad o dificultad de los hogares de acceder a otros servicios energéticos esenciales para asegurar unas condiciones de vida dignas a un precio justo y atendiendo a sus niveles de ingresos".

104.000 beneficiarios del bono social

El perfil de los hogares más vulnerables en pobreza energética en Canarias es más heterogéneo que en el conjunto del país y el riesgo aumenta en las familias donde los progenitores tienen menos estudios, están en paro, tienen menores dependientes, son mujeres o tienen altas cargas hipotecarias. El equipo de la ULL insta al Gobierno canario a diseñar "una estrategia integral, sistemática y coordinada" contra la pobreza energética, que involucre el ámbito social, energético, ambiental o de rehabilitación. También cita medidas paliativas, como el bono social de ayuda al pago de los recibos de la luz, que debería extenderse a otros suministros. El comisionado de Inclusión Social informó de que hay 104.539 beneficiarios del bono social, de forma que ninguna familia con dificultades ha sufrido el corte del suministro, aunque Rodríguez advirtió de que "no están todos los que son".