La Universidad de La Laguna (ULL) ha informado hoy de que intentará dejar atrás la crisis económica y superar la falta estructural de profesorado que ha sufrido los últimos años por problemas de financiación derivados de la crisis tal y como demuestra, según la ULL, el hecho de que hayan pasado de tener 1586 profesores en 2015 a 1605 en 2018.

En un encuentro con los medios de comunicación, la vicerrectora de Ordenación Académica y Profesorado, Carmen Rosa Sánchez, ha indicado que para paliar ese “déficit estructural” de profesorado se necesitarían cubrir unas 40 plazas más, un dato que podría aumentar si se tiene en cuenta que se calcula que en las universidades canarias entre 2018 y 2025 podrían jubilarse en torno a un 20 por ciento del profesorado.

Para mejorar esa situación, ha resaltado Sánchez, es “primordial” realizar contratos “de calidad” y centrarse en figuras como las del ayudante a doctor, de las que se han ofertado 87 plazas en los últimos años “tras venir de una época en la que no se contrataba”, ha apuntado la vicerrectora.

La vicerrectora ha aseverado que, además de aumentar la plantilla, otro de los objetivos principales de la ULL es sobreponerse al envejecimiento del profesorado y mejorar este dato ya que la ULL es la tercera universidad española con la plantilla más envejecida, con una media de edad de 54 años.

Este dato, sin embargo, aumenta en las escuelas universitarias, donde la media de edad se sitúa en 63 años, mientras que la media de edad de los catedráticos asciende a 61,6.

En este sentido, Sánchez ha comentado que a los catedráticos salientes les preocupa la “notable” pérdida de conocimiento que podría producirse por la diferencia de edad entre los profesores que se van y los que acceden a los puestos de trabajo por primera vez.

En la ULL, el 70 por ciento de los profesores son doctores, una cuestión que, tal y como ha comentado el rector, Antonio Martinón, no es “habitual” y supone un hecho “muy positivo e interesante” puesto que significa que los profesores asociados son “asociados de verdad” a los que se contrata para que puedan traer a la Universidad el “pulso real de la calle”.

A pesar de que la Universidad intenta atraer talento hacia algunas áreas de conocimiento con déficit de personal para poder generar nuevos liderazgos, tanto Martinón como Sánchez han opinado que el aislamiento de Canarias “tiene su coste” y repercute a la hora de captar nuevos profesores.

Han agregado que la ULL también trabaja para encontrar perfiles interesantes de docentes visitantes de otras universidades, extranjeras principalmente, para que apoyen e ilusionen al alumnado ya que estas incorporaciones siempre generan nuevas y diferentes maneras de conocimiento.

Asimismo, el vicerrectorado de Profesorado intenta promover medidas de conciliación familiar y laboral entre su plantilla “aunque hay que seguir mejorando en este aspecto”, ha expresado Sánchez, quien ha añadido que a los docentes con menores de 6 años o personas dependientes a su cargo se les ha propiciado que puedan elegir horarios y asignaturas de manera que el 60 por ciento de su carga de trabajo esté en la misma franja horaria.

“Había un sector bastante perjudicado con situaciones familiares complejas que en los últimos años se han visto beneficiados para que puedan tener una vida familiar más fácil y ordenada”, ha explicado Sánchez.

Otra de las acciones que ha emprendido el vicerrectorado que gestiona Sánchez ha sido la unificación de las distintas normativas vigentes en un solo documento, el Plan de Ordenación Académica (POD), que reconoce y recoge todas las actividades que realiza el personal docente e investigador y conforma y determina sus capacidades.

La vicerrectora ha señalado que durante el mandato del actual equipo de gobierno de la ULL la ordenación académica ha sido un punto clave, un trabajo que, según ha relatado, ha consistido, a través del desarrollo normativo, en clarificar bases de datos y en estructurar y conocer los grupos que conforman los grados y títulos, además de sus necesidades.