El Servicio Canario de la Salud detectó en 2017 3.144 pacientes con retinopatía diabética mediante el programa Retisalud, puesto en marcha en 2008 para la detección precoz y tratamiento de esta patología.

Desde 2008 se han realizado un total de 387.244 retinografías, pasando de las 15.961 de 2008 a las 58.379 de 2017, es decir, un 265,76 por ciento más, lo que evidencia el éxito del programa, señala una nota de la Dirección General de Programas Asistenciales del SCS.

Este departamento recuerda en una nota que la rinopatía diabética es una complicación vascular de la diabetes y su prevalencia está fuertemente relacionada con la duración de la enfermedad y el control glucémico.

Las enfermedades de la retina constituyen la primera causa de ceguera a nivel mundial y su prevalencia va en aumento y de hecho, el desprendimiento de la retina, la retinopatía diabética, la degeneración macular asociada a la edad o la retinosis pigmentaria están detrás del 67% de los casos de discapacidad visual en Europa y afectan a más del 30% de la población de más de 50 años, agrega la nota.

En cuanto a la población diana de Retisalud, ha crecido desde las 112.734 personas de 2011, cuando se detectaron 1.728 retinopatías diabéticas, a las 128.208 de 2017, detectándose 3.144 retinopatías diabéticas.

En este periodo de tiempo el número de pacientes cribados ha ascendido desde los 24.006 de 2011 a los 48.080 del pasado año, alcanzando, por tanto, una cobertura anual de retinografías del 21,29 por ciento en 2011 y del 37,5 por ciento de 2017.

El SCS informa de que la cobertura bianual de retinografías, es decir, el porcentaje de diabéticos susceptibles de ser incluidos en Retisalud a los que se les ha hecho una retinografía en este sistema en los últimos dos años, es del 57,90 por ciento del total en 2017, cifra que supera ampliamente el 10,60 por ciento registrada en 2008.

Este proyecto se ha ido implantando progresivamente en las siete áreas de Salud de las islas, prestando atención a toda la población con diabetes mediante el uso de 43 retinógrafos no midriáticos y su puesta en marcha ha permitido anticipar la aplicación del tratamiento específico con el objetivo de disminuir la incidencia de la ceguera en los pacientes diabéticos.