Lo que creció con rapidez se derrumbó con la misma velocidad. La crisis hipotecaria se ha cebado en Canarias con los territorios más centrados en el binomio construcción-turismo y en los que más viviendas nuevas se ejecutaron, así como en las zonas de residencia de trabajadores, que, tras el "boom", han sido escenario de la mayoría de los desahucios.

Investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL) han publicado en la revista científica "Investigaciones geográficas" el primer estudio a escala de Canarias sobre las ejecuciones hipotecarias que siguieron al auge de la construcción y la actividad inmobilaria en el Archipiélago. El mapa que dibujan estos resultados revela un creciente impacto de este fenómeno a medida que se avanza de oeste a este, en consonancia con tres modelos insulares "diferenciados": las islas de La Palma, La Gomera y El Hierro han vivido una baja proporción de desahucios, acorde a su moderado crecimiento inmobiliario; Tenerife y Gran Canaria presentan una gran diversidad interna, con una mayor incidencia en las áreas del sur donde reside la población que trabaja en el turismo -superior a la de las mismas zonas de expansión turística- y en los municipios próximos a las capitales -La Laguna y Telde-; en Fuerteventura y Lanzarote, finalmente, el volumen de ejecuciones hipotecarias fue "alarmante" durante la crisis y siguió a una etapa expansiva del "boom" especialmente intensa.

El trabajo -firmado por Juan Samuel García, María del Carmen Díaz y Luz Marina García- pone el acento en la "dimensión de clase" de la crisis. Los resultados indican que los espacios más afectados por la "desposesión de vivienda" fueron los habitados por los trabajadores del turismo, lo que, según los autores, refrenda la idea de que la crisis ha representado "una intensificación de las prácticas neoliberales".

En el caso de las islas capitalinas, las áreas que recibieron el mayor impacto han sido espacios residenciales desarrollados a partir de la concesión de créditos hipotecarios a ciudadanos "con muy bajos recursos", muchos de los cuales fueron desahuciados. Este fenómeno ha reforzado la "vulnerabilidad" previa y la desigualdad del desarrollo geográfico en el Archipiélago.

las claves

Más vivienda nueva, más ejecuciones. Las zonas donde más intensa fue la construcción de vivienda son también las más afectadas por las ejecuciones hipotecarias.

La desigualdad territorial se refuerza. El impacto sobre las áreas habitadas por los trabajadores del turismo ha reforzado la "desigualdad geográfica".

Fuerteventura es el caso más extremo de la relación que se ha dado entre la intensidad del "boom" turístico-inmobilario y el impacto posterior de las ejecuciones hipotecarias. Tanto la tasa de construcción de nuevas viviendas como la de desahucios se encuentran en niveles similares a los que registraron los puntos más calientes del litoral mediterráneo y las zonas de la periferia de Madrid, destacan los investigadores de la ULL en el estudio "Auge y crisis inmobiliaria en Canarias: desposesión de vivienda y resurgimiento inmobiliario", publicado en la revista "Investigaciones geográficas".

Este círculo vicioso puede estar reproduciéndose en la actualidad, en lo que los autores del trabajo consideran una posible repetición de las estrategias de acumulación que caracterizaron los momentos previos a la crisis. Así, los municipios de Tenerife y Gran Canaria en los que más se ha reactivado la ejecución de vivienda son también aquellos en los que se registró una mayor incidencia de los desahucios. Es el caso de Granadilla, el área de Tenerife en la que más casas se construyeron en 2015 -ya en plena recuperación- y también el partido judicial en el que más ejecuciones hipotecarias tuvieron lugar durante la gran recesión.

"Los indicios -concluyen los investigadores- apuntan a que en el Archipiélago y en otros muchos territorios del Estado ni siquiera se han planteado esquemas de crecimiento alternativos".