La Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias seguirá actuando y vigilando los cerca de 23 centros escolares en los que aún quedan placas de amianto, un material que es perjudicial para la salud si se manipula. En algunos casos no se trata de cubiertas, sino de "espacios muy pequeñitos", explica la directora general de Centros e Infraestructuras Educativas de Canarias, Ana Dorta.

Los centros que cuentan con alguna placa de este tipo fueron construidos hace décadas, cuando no se había demostrado que el material era nocivo para la salud si era manipulado.

"Ya estamos actuando en las que técnicamente se advierta que pueda haber algún tipo de rotura o resquebrajamiento porque es la sustancia que se desprende la que podría llegar a ser nociva", señala.

En este sentido, Comisiones Obreras (CCOO) reclamó esta semana al Gobierno regional la elaboración de un censo de edificios públicos y privados afectados por la presencia de amianto, un material de construcción que puede generar graves enfermedades como el cáncer.

Entre la exposición y el desarrollo de las patologías pueden pasar décadas, de manera que muchos de los trabajadores expuestos desconocen la situación.

El amianto es un grupo de minerales de naturaleza fibrosa que contiene fibrocemento, comercializado con el nombre de uralita, y cuando se manipula se rompe, se corta o se desgasta por la acción meteorológica desprende fibras al ambiente que respiradas o tragadas pueden generar graves enfermedades.