Desde hace unos meses gestiona el Instituto de Turismo de España (Turespaña), una ocupación en la que la que no se siente un extraño debido a sus raíces. "Canarias sigue siendo un destino muy atractivo para los británicos", incide como balance de la última World Travel Market (WTM) celebrada recientemente en Londres. El isorano Héctor Gómez es plenamente consciente de que buena parte de las perspectivas turísticas de este archipiélago están asociadas a la próxima salida del Reino Unido de la Unión Europea. "Si el brexit es duro, Canarias lo va a notar", augura el exdiputado del PSC-PSOE en la Cámara regional.

¿Hay motivos para estar preocupados por todo lo que envuelve el debate sobre el "brexit"?

El escenario en el que se mueve el "brexit" está siendo analizado por toda la administración pública y, lógicamente, un sector tan decisivo como el turístico no puede quedarse al margen. El diálogo es fluido y los indicadores a corto plazo, tanto para España como para el Reino Unido, ya están sobre la mesa para abordar su estudio. Todo depende de cómo avancen las negociaciones, es decir, si vamos a tener un "brexit" duro, uno blando o finalmente habrá algún tipo de prórroga... En base de cómo se produzca esa salida del Reino Unido de la UE tendremos que afrontar unas dificultades u otras... Si el "brexit" es duro, Canarias lo va a notar.

¿Si finalmente se da ese escenario se complicarían mucho las cosas?

Ese no sería el escenario deseado, pero tendríamos que adaptarnos sí o sí. Nosotros somos europeistas convencidos y queremos un continente cohesionado y sólido... La idea de que el Reino Unido se vaya no nos gusta, pero eso ya es muy difícil de cambiar y nuestro rol debe ser evitar daños mayores en todos los ámbitos de la administración española, entre ellos, la industria vinculada con el turismo. Tenemos referencias de la enorme preocupación que existe en el Gobierno británico y todo lo que sea una ruptura traumática tendrá malas consecuencias en los próximos años.

¿Qué contramedidas se pueden tomar para minimizar ese impacto?

Los contactos entre España y el Reino Unido, insisto, están abiertos a todos los niveles porque hay que cuantificar muy bien las consecuencias de una decisión de este calado. Los planes de contingencias tendrán la respuesta que requieran las normas que pretenda aplicar el Reino Unido. Con Simon Manley, el embajador británico en España, los encuentros son frecuentes y, por lo tanto, estamos en disposición de hallar una solución sea ventajosa para las dos partes.

Canarias, que lleva años recibiendo buena parte de sus ingresos turísticos del mercado británico, ¿está preparada para buscar otras alternativas?

España es un destino libre en el contexto internacional, el segundo país en el número de turistas internacionales que atrae y también en el capítulo de gastos en destino. Canarias, por el potencial turístico que tiene en el conjunto nacional, no está en condiciones de perder turistas británicos. Al margen de que se esté trabajando en otros destinos, ese es el primer mercado emisor de visitantes y hay que poner todos los medios para que no sufra las consecuencias del "brexit". Además, no podemos perder de vista la recuperación que se está dando en los destinos del Mediterráneo, que suponen una clara competencia.

La recuperación turística en el Mediterráneo es una seria amenaza, ¿no?

Esa es una de las dos dificultades a las que nos tenemos que enfrentamos. Egipto, Grecia, Túnez y Turquía están volviendo a crecer en las estadísticas de las agencias de viajes, pero, además, hay que tener en cuenta que el perfil de los viajeros está cambiando. Ahora, ya no funciona a base de impulsos, sino que se toma su tiempo a la hora de decidir dónde quiere ir y qué cosas desea ver y disfrutar. La recuperación del Mediterráneo es una amenaza para Baleares y Canarias, pero hay que buscar alternativas. Existen datos de unas variantes que afectan al mercado nórdico, pero eso no significa que tengamos que tirar por la borda el trabajo realizado. Estamos obligados a rastrear nuevos mercados, pero no podemos descuidar la base sobre la que se asienta nuestra industria turística.

¿Cuáles fueron las sensaciones que le transmitió la última edición del WTM de Londres?

En el sector hay una serenidad con cautela, porque no podemos aventurarnos aún a ver cómo saldrá lo del "brexit".

¿Pero es esa una serenidad distinta a la de las ediciones anteriores?

Se sigue hablando de los temas de los años anteriores, pero condicionados por la incertidumbre del "brexit". España, y concretamente Canarias, es un destino prioritario para el Reino Unido. Los agentes turísticos no se sienten amenazados por un escenario que está por definir y nuestra misión no es otra que contrarrestar situaciones de cierta inestabilidad que se originaron a partir de la problemática que todavía existe en Cataluña o las dudas que se desencadenaron con los distintos procesos electorales que se dieron en el país.

Aunque no sea una competencia directa del Instituto de Turismo de España, lo que no se ha cerrado aún es la picaresca en torno a la aplicación del 75% de bonificación en los billetes entre Canarias y la Península. ¿De qué sirve ese descuento si los precios no están sujetos a una regulación que impida unas subidas, en algunos casos, escandalosas?

La aplicación de esta medida ha estado envuelta en una disputa política que algunos aprovecharon para poner en cuestión que el descuento del 75% se iba aplicar, pero una vez Fomento canalizó este asunto, hay cuestiones asociadas que nos exigen estar atentos frente a los que tratan de marcar unas pautas de mercado que deben estar sujetas a unas medidas correctoras que impidan los abusos de los que usted habla. Tenemos que estar vigilantes frente a los que pretenden bordear el acuerdo del 75 por ciento. Esa posible distorsión de precios hay que denunciarla porque no está en consonancia con la importancia que tiene para los canarios beneficiarse de este descuento.

¿Tiene algo que decir sobre el debate que se ha abierto en torno al futuro del aeropuerto Tenerife Sur?

Yo he podido mantener algunos contactos tanto con el secretario general del Ministerio de Fomento, Pedro Solbes, como con el presidente de AENA, Maurici Lucena, y, sinceramente, creo que hay que hacer un análisis exhaustivo de lo que significa el documento de regulación aeroportuaria (DORA), y la inclusión en él de esta gran obra por un importe de 140 millones de euros, que es una cantidad de dinero respetable. El proyecto licitado en Tenerife Sur es el que se adecua a las necesidades reales de este aeropuerto.

¿A qué obedece el malestar que se ha originado por una licitación que algunas voces con peso en la Isla critican porque no es fruto de un consenso con las administraciones canarias?

Me consta que con anterioridad a la licitación se celebraron encuentros de trabajo entre representantes de las distintas administraciones y AENA para hallar la mejor solución posible. Nadie está negando que el Reina Sofía requiera de una serie de mejoras que lo posicionen entre las mejores instalaciones de este país, pero debe ser un complemento de esta licitación. En ese sentido, yo no voy a negar que en Tenerife Sur existen zonas que dejan mucho que desear para un destino que quiere ser puntero en el tráfico nacional e internacional, pero esta primera actuación va a corregir algunas de esas deficiencias. No está mal que diga que a los representantes de Fomento y AENA les hemos trasladado la necesidad de realizar importantes inversiones en un aeropuerto que no está en las mejores condiciones de operatividad. Insisto, esta licitación se ajusta al momento actual.