La actividad volcánica y sísmica es una constante en el Archipiélago, algo "normal" teniendo en cuenta el territorio en el que vivimos, por lo que es necesario aún educar mucho más a la población. Así lo constatan tanto Nemesio Pérez, coordinador científico de Involcan, como Luca D''Auria, responsable de la Red Sísmica Canaria, que aseguran que la sismicidad en Tenerife ha sufrido variaciones, aunque aún no han constatado el por qué del crecimiento de los seísmos en la zona de Vilaflor.

En el último mes, la actividad sísmica, especialmente en Tenerife, ha sido numerosa.

Luca: Para un volcán activo como el que hay en Tenerife, es normal que haya una sismicidad de fondo continua con decenas de micro terremotos diarios, con una magnitud menor a uno. Si lo comparamos con otros volcanes en el mundo como el Kilauea, no es una actividad muy fuerte. Además, en los últimos años, el desarrollo tecnológico de las redes de monitorización ha permitido detectar sismicidad que hace 20 años no hubiera sido posible.

Nemesio: El que haya una sismicidad de fondo, generalmente de baja magnitud caracterizada por muchos microsismos, es un hecho absolutamente normal. Otro hecho absolutamente normal es que todas nuestras aguas tienen un alto contenido en bicarbonato, como consecuencia del dióxido de carbono procedente del sistema magmático-hidrotermal existente en el subsuelo de la isla que se inyecta continuamente en nuestros acuíferos.

El archipiélago es especial en sus características volcánicas respecto a otros archipiélagos, ¿pero cuáles son?

L: Una es la cantidad de magma que se produce en el interior, que no es tan fuerte como en otras islas volcánicas, y otra es que, aun encontrándose en el interior de una placa tectónica, Canarias cuenta con sistemas de fallas. De hecho, la mayoría de la sismicidad en este momento en las Islas tiene una naturaleza tectónica. Por ejemplo, la sismicidad entre Tenerife y Gran Canaria es debida a un movimiento a lo largo de una falla o un sistema de fallas de origen tectónico.

N: La corteza sobre la cual se asientan las Islas no es homogénea, tiene muchas cicatrices, y esas cicatrices son lo que nosotros llamamos fallas. Su actividad no es tan importante como los que hay en los bordes de placa, pero sí son capaces de generar terremotos.

¿Podría ser que estas fallas provocaran la creación del archipiélago, aparte del componente volcánico?

L: Es una hipótesis bastante debatida. Sin duda, la actividad tectónica que se ha producido en Canarias tiene una relación con su formación a lo largo de los tiempos geológicos. Con una falla es más fácil para que el magma suba hacia la superficie. Sin embargo, esto no quiere decir que si hoy hay un terremoto en la placa tectónica, mañana va a causar una reacción en un sistema volcánico de las islas.

N: Indudablemente la actividad volcánica nace por una anomalía térmica del manto en las Islas, que más tarde aprovecharía esas cicatrices de la corteza terrestre para atravesarla ¿Pero solo con esas cicatrices puede haber actividad magmática? Generalmente no.

¿Creen que la ciudadanía es consciente de que vive en una región con riesgo volcánico?

N: La ciudadanía canaria tiene una percepción muy pobre de lo que significa vivir sobre un volcán activo. Si hubiera una percepción más adecuada, muchas cosas se hubieran hecho y se estarían haciendo de otra forma.

¿Qué cambiaría de cómo se hacen las cosas?

N:Cuando hablo de esa percepción, no solo me refiero a la del riesgo, sino también a lo que se refiere a oportunidades de vivir en un sistema volcánicamente activo. ¿Por qué en Canarias no ha habido desarrollo, como en otros Archipiélagos, de la geotermia? Tampoco nos vamos a flagelar, no somos de los peores, pero no somos de los mejores y siempre nos tenemos que comparar con quien hace la tarea mejor.

Supongo que es porque nuestros volcanes tampoco suelen entrar en erupción de manera constante.

N: Que en Canarias ocurren erupciones volcánicas muy de vez en cuando tiene su lado bueno, pero también su lado malo. El lado bueno es que permite a la sociedad disfrutar de largos periodos de calma volcánica, y el lado malo es que la sociedad olvida con suma facilidad que vivimos sobre volcanes activos. Lo que debemos tener muy presente es que la sociedad actual debe saber lo que significa vivir sobre volcanes activos y materializar todas aquellas acciones necesarias y suficientes para contribuir no solo a la reducción del riesgo volcánico, sino además al fortalecimiento de acciones destinadas a contribuir a la sostenibilidad del territorio.

¿Canarias está preparada para afrontar un evento vulcanológico adverso?

N: Estamos mucho mejor preparados que hace 25 años, cuando la gestión del riesgo volcánico era tercermundista y no existía un sistema de vigilancia volcánica multidisciplinar ni un plan de emergencias. Ahora bien, todavía hay mucho camino para mejorar.

¿Y qué mejoraría?

N: La gestión de la comunicación ante el riesgo volcánico es crucial. Ahí entramos todos y lo que no se puede hacer en riesgo volcánico es esconder las cosas en las gavetas. Tenemos que hablar semana sí, semana también de la actividad volcánica en Canarias para que la gente asocie la palabra volcán a normalidad. Otra de las cosas que hay que hacer es cumplimentar las decisiones unánimes de las cámaras legislativas (Senado, Parlamento de Canarias, Congreso de Diputados, Fecai y Fecam) que desde el 2005 están instando a que la gestión científica del riesgo volcánico se haga de una forma y no como se está haciendo. Involcan es un producto de esa decisión unánime, pero nuestro instituto solo forma parte el Cabildo de Tenerife y el ITER. El resto de entidades que trabajan en esto no se han sumado al paraguas de Involcan y lo que reza esa decisión unánime es que juguemos a ser cola de león en vez de cabeza de ratón. Yo prefiero ser la última parte de un animal fuerte que la primera parte de un animal débil.

L: Lo importante es no olvidar que para la reducción del riesgo volcánico hay siempre distintas estrategias. Una es la investigación, otra el desarrollo tecnológico y, por último, la difusión. Las tres cosas están relacionadas y, si falla una, se cae todo. Con las primeras tenemos control total, pero en la última, nosotros solo ponemos el input, por lo que es necesario que las autoridades públicas y los ciudadanos sean receptores de ese mensaje diario.

¿Existe la posibilidad de que alguna de las zonas colindantes a las islas vuelva a entrar en erupción, teniendo en cuenta lo ocurrido en El Hierro?

L: La duda no es si ocurrirá, la duda es cuándo. No tenemos ninguna evidencia de que la actividad volcánica en Canarias, excepto en las islas más antiguas (La Gomera y Fuerteventura), haya cesado. Así que la pregunta no es sí habrá otra erupción, sino cuándo y dónde.

N: Hablas de posibilidades y yo hablaría de probabilidades. Hay posibilidad, por su puesto. Pero la probabilidad se puede hallar teniendo en cuenta el vulcanismo histórico que ha habido. Por ejemplo, se podría decir que la probabilidad de que ocurra una futura erupción en Tenerife en una ventana temporal de 50 años podría estar en el 42%, mientras que esta para una erupción en Fogo (Cabo Verde) podría ser del orden de 93% para la misma ventana temporal.

Hablando de Tenerife, ¿qué está pasando en la zona de Vilaflor que últimamente ha registrado mucha sismicidad?

L: Tenerife el 2 de octubre de 2016, registró un fenómeno sísmico muy peculiar e interesante. Hubo un enjambre de eventos de largo periodo, más de 700, localizados más o menos en la misma zona: alrededor de Vilaflor. Este enjambre, que seguimos estudiando, lo hemos interpretado como el efecto de una liberación de gran cantidad de fluidos, gas y dióxido de carbono y agua, pasando desde un sistema más profundo, posiblemente magmático hacia un sistema hidrotermal. Tenemos una evidencia de esa liberación porque en el cráter del Teide observamos un incremento bastante fuerte en la emisión de dióxido de carbono. Ese incremento de presión en el sistema hidrotermal, a su vez, conllevó a un incremento de la sismicidad que empezó entre junio y julio de 2017 y que ya lleva dos años estando por encima de lo usual. Siempre hablamos de microterremotos, pero el incremento es significativo y no está relacionado con el incremento de la capacidad de detección. En noviembre de 2018, hubo un incremento en la sismicidad en los alrededores de Vilaflor casi 20 veces mayor de lo normal.

¿Hay alguna hipótesis que explique este fenómeno?

L: Pensamos que está relacionado con la liberación de gases de un sistema supuestamente magmático en profundidad hacia un sistema más superficial. A estas alturas, el fenómeno ya ha acabado, la sismicidad en la zona está en los niveles normales desde hace un par de semanas.

¿Este sistema tiene algo que ver con el Teide?

L: Sin duda, pero como está a más de 10 kilómetros de profundidad, es difícil relacionarlo con uno de los sistemas volcánicos que vemos en superficie.

¿La actividad sísmica en la zona podría volver a reactivarse?

L: Claro que sí. Ahora mismo no hay evidencia, algo está pasando, si no no habría liberación de fluidos y sismicidad, pero decir que esto va a implicar una erupción en un tiempo de años, todavía no se puede decir. Sin duda, el sistema de alguna manera ha sido perturbado y nosotros estamos intentando comprender en detalle lo que está pasando. Sin duda hay algo que se destaca entre la actividad usual de Tenerife. Ya en 2004 y 2005 hubo una crisis volcánica con terremotos y una pequeña deformación del terreno, con variaciones en la emisión de los gases, y no pasó ninguna erupción. Ahora mismo no tenemos ninguna evidencia de que lo que estamos observando pueda estar relacionado con una futura erupción.

¿Este fenómeno ocurre en otras parte de Tenerife o solo en Vilaflor?

L: Los 14 enjambres sísmicos han estado por todo Tenerife, pero especialmente en las cercanías del Teide.

N: No. Desde junio de 2017, se han registrado unos 14 enjambres de eventos sísmicos volcanotectónicos (terremotos). El de octubre de 2016 era un enjambre sísmico, pero de eventos sísmicos de largo periodo. Son diferentes señales sísmicas. Ese mes de junio se produjo un cambio que ha provocado un crecimiento en cuanto a enjambres sísmicos de eventos volcanotectónicos. Es normal en un sistema volcánico activo, lo que ocurre es que en la historia instrumental de Tenerife no ha sido común ese tipo de registro. Tendrías que irte a abril de 2015, que hubo uno , y antes de eso estaríamos hablando de 2004. Es normal, pero no es usual.

El Teide, entonces, dormido no está.

N: Es un volcán activo que puede despertarse de la siesta. Muchas veces cuando hay un proceso de reactivación en la isla, todo el mundo mira al Teide, pero la realidad es que un proceso de este tipo puede derivar a una erupción en el sistema central o en los volcanes del noreste o nororeste.

¿Cómo se encuentran los volcanes del resto de las islas?

L: En La Palma, tras unos 40 años de silencio, en octubre de 2017 hubo un enjambre sísmico de profundidad y otro más en febrero de 2018. Interpretamos el enjambre, y otras evidencias geoquímicas, como una pequeña introducción de magma debajo de la isla. Esto no quiere decir que lo que observamos conlleve una erupción, pero sin duda quiere decir que el volcán no está muerto. Lo importante es que actualmente contamos con un sistema de monitorización que nos permite detectar, con bastante antelación, estas variaciones que puedan indicar una próxima erupción.

Un mapa de daños

Involcan está trabajando en un nuevo proyecto por el que creará un mapa donde se vea el comportamiento de los seísmos en zonas urbanas. Está comprobado que los terremotos tienen mayor o menor intensidad, es decir, se siente más o menos, dependiendo del terreno por el que pasan. La estructura geológica local provoca cambios en la amplificación de las ondas sísmicas y, en algunos lugares, "la variación puede ser hasta cinco veces más que la amplitud máxima de la onda", como explicó Luca D''Auria. El último terremoto entre Tenerife y Gran Canaria ha sido la ocasión para establecer un grado de posibles daños y en la misma zona. "Para que haya un daño", no obstante, "la magnitud tiene que estar por encima de 5,5", explicó el experto que insistió en que "no es imposible pero tampoco es muy poco probable que a lo largo de los siglos se pueda registrar". Nemesio Pérez hizo hincapié en la importancia de este proyecto, ya que de las 23 muertes históricas registradas en Canarias asociadas al volcanismo, 16 tuvieron que ver con terremotos. "Nos interesa hacer en zonas urbanas y suelo urbanizable una microzonación sísmica que sea una herramienta útil para que los urbanistas entiendan qué mejoras habría que hacer en los edificios ya construidos para que no se vieran afectados por un fenómeno de estas características", insistió Pérez. El proyecto comenzará este año 2019 y el municipio de La Laguna ha sido el escogido para comenzar el pilotaje.