Pedro Sánchez abandonaba ayer el hemiciclo del Congreso de los Diputados doblemente derrotado. Y es que el presidente del Gobierno no solo vio cómo prosperaban las enmiendas a la totalidad presentadas por PP, Cs, ERC, PDeCAT, CC y Foro Asturias, sino que regresó a la Moncloa con un mar de dudas: en las próximas horas tendrá que decidir si convoca elecciones, después de una votación que contó con 191 noes y 158 síes, más la abstención de Nueva Canarias.

En medio de toda esta incertidumbre, Canarias recupera con la prórroga de las cuentas estatales las inversiones que fueron aniquiladas por el ejecutivo socialista.

De facto, el Archipiélago volverá a contar para este año, al menos teóricamente, con más de 1.800 millones de euros de inversión directa del Es_tado o de las transferencias a la Comunidad Autónoma con las que se dotan los convenios de infraestructuras, lo que implica que las Islas se mantendrían por encima de la inversión media estatal.

Y ese fue, precisamente, el gran reproche que se le hacía al Es_tado desde Canarias a las cuentas que ahora ha devuelto el Parlamento. La supresión de partidas destinadas a las infraestructuras educativas, las obras hidráulicas, la ayuda al agua de riego, el plan de lucha contra la pobreza o la reducción de la inversión en vivienda pública, entre otras, suponía un grosero incumplimien_to del mandato del REF y del Estatuto de Autonomía, que establece que se debe destinar a Canarias, la menos, la media de inversión del conjunto del Estado.

Además de ello, también se conculcaba el fuero canario en la aplicación de la nueva tributación del Impuesto de Sociedades, al eliminar el diferencial fiscal para las empresas isleñas.

Lo cierto es que la devolución de los Presupuestos pone fin, por otro lado, a la controversia sobre el trato que las cuentas estatales daban a Canarias y que ha marcado las tensas relaciones entre los gobiernos central y regional a lo largo de los últimos meses.

Porque la votación de ayer representa, de hecho, el mantenimiento formal de la prórroga de los Presupuestos del ejercicio 2018, en vigor desde el 1 de enero, y, por tanto, la continuidad de la práctica totalidad de las inversiones y partidas contenidas en las anteriores cuentas que, para la mayoría de partidos en las Islas y para el propio Ejecutivo nacionalista presidido por Fernando Clavijo, han sido las mejores de la historia.

Ese fue, precisamente, el argumento que sostuvo la en_mienda a la totalidad presenta_da por Coalición Canaria (CC) , que fue defendida el pasado martes por la diputada Ana Oramas, con un discurso de tono muy duro hacia el Gobierno central y advertencias muy serias sobre las consecuencias políticas y sociales derivadas en el Archipiélago.

Oramas sumaba ayer sus votos a los del PP, Cs y los partidos independentistas para tirar el proyecto presupuestario, ante las críticas de los diputados canarios del resto de formaciones, tanto las que lo apoyaban, caso del PSOE y Unidos Podemos, como del único di_putado de la Cámara que se abstuvo, Pedro Quevedo, de Nueva Canarias (NC).

La diputada nacionalista insistió en sus posiciones: “Eran los presupuestos de un Gobierno que no pensaba en cumplir con Canarias, ni con su Estatuto ni con el REF.

Oramas pide disculpas

La diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, explicó ayer que no quiso faltar al respeto ni al barrio sevillano de las 3.000 viviendas ni a sus vecinos en su réplica a la ministra María Jesús Montero, pero también acepta que se equivocó con la expresión y pidió disculpas. “Vaya mitin, señora ministra. Esto no son las 3.000 viviendas de Sevilla, sino el Congreso de los Diputados y usted la ministra de Hacienda presentando unos presupuestos”, le dijo Oramas a Montero, en una expresión que le costó toda clase de críticas y acusaciones de clasismo por parte de dirigentes del PSOE y Podemos.

La diputada nacionalista canaria ya alegó el lunes por la noche a través de Twitter que no había querido ofender a nadie, sino poner de relieve que la ministra parecía más estar “dando un mitin” que debatiendo con otros diputados la enmienda a la totalidad de los presupuestos. “Pero cuando un político tiene que explicar lo que quiso decir, es que te has equivocado”, reconoció Oramas, que asumió su “error” al elegir una expresión que ha dado pie en unos casos a que se malinterpreten su palabras y, en otros, a que se “manipulen”.

La diputada tinerfeña recordó que procede de la política local y que en su etapa de la alcaldesa de La Laguna trabajó con todos los barrios de su ciudad, también con los más humildes, por lo que considera que por ese lado su trayectoria ya está clara. Sin embargo, tampoco dudó en pedir disculpas a aquellos que se hayan sentido heridos por sus palabras, porque solo buscaba “poner en su lugar” a una ministra que, a su juicio, parece estar en campaña para “sustituir a Susana Díaz en Andalucía”. “En ningún caso quise descalificar ni a una zona ni a un barrio", concluyó.