La ley turística para las islas verdes (La Palma, La Gomera y El Hierro) aprobada en 2002 no se ha traducido en "ninguna actuación" y el Parlamento de Canarias va camino de su décima reforma para intentar el desarrollo de esos territorios, según sus promotores, CC y ASG, apoyados por el PP.

La normativa, que hoy ha pasado el trámite de comisión y será aprobada en el próximo pleno con la oposición por el momento de PSOE, Podemos y NC, permite la construcción en suelo rústico de establecimientos de hasta 200 camas.

El diputado de CC Antonio Castro Cordobez dijo que la ley de 2002 "nació con buenas intenciones" pero ha tenido nulos resultados, y por eso "hay que cambiar la dinámica", y destacó que es urgente "una salida socioeconómica" ante el descenso de población, la falta de rentas y las pocas perspectivas de futuro para estas islas.

Nayra Alemán, del PSOE, dijo que nadie pone en duda la importancia de que en esas islas haya un turismo de calidad y diferenciado que complemente las rentas en el sector primario.

Pero ahora se pretende que en el suelo rústico el uso turístico sea el ordinario, en lugar del complementario, hasta el punto de que se permiten alojamientos rurales de nueva construcción, en lugar de en edificaciones preexistentes, agregó.

"Ahora quieren hoteles que surjan de la nada" en suelo rústico y en paisajes protegidos, denunció Alemán, quien no obstante señaló que su grupo estudiará las enmiendas transaccionales planteadas por los grupos proponentes.

Lorena Hernández, diputada del PP, aseguró que esta normativa no es "especulativa", sino de "supervivencia", ante la dificultad de "salir adelante" en estas islas y porque, aunque se quiere proteger el paisaje, "de nada nos sirve si no podemos vivir con él y gracias a él".

"Desde 2002 tenemos una ley singular que no ha funcionado del todo y la modificaremos las veces que sea necesario para conseguir los objetivos", anunció la diputada del PP, y afirmó que en ningún caso se trata de "cargarse" el paisaje y el territorio, sino de conseguir que el uso complementario turístico permita recuperar tantas fincas abandonadas.

Para el diputado de Podemos Manuel Marrero, esta ley defiende un modelo de Canarias del siglo pasado, "la Canarias desarrollista", que, con las costas ya ocupadas, pretende llevar las urbanizaciones y los hoteles a las medianías, a las tierras agrícolas, cuando es el sector primario lo que hay que impulsar y que el turismo sirva de complemento.

"En vez de islas verdes, las quieren grises, con mucho hormigón, pero el futuro de la gente que trabaja en la agricultura no es convertirse en camareros", alertó Marrero.

Para Luis Campos, de Nueva Canarias, la nueva normativa trata de que no existan impedimentos para el desarrollo turístico por encima del planeamiento, llevando la regulación "a la mínima expresión".

Según Campos, está claro que estas tres islas tienen condiciones orográficas, demográficas y económicas diferentes que requieren una ordenación del turismo específica, pero eso no puede llevar a levantar cualquier limitación en suelo rústico o que el uso turístico sea preferente, en vez de complementario, a la actividad agraria y ganadera.

El diputado de ASG Jesús Ramos Chinea afirmó que las islas verdes pierden población, los jóvenes tienen que buscar fuera su futuro y las zonas rurales quedan abandonadas, de manera que el turismo es la única posibilidad para las zonas rústicas.

Señaló que con vistas a conseguir un mayor consenso en torno a esta ley, los grupos proponentes han propuesto enmiendas transaccionales para su debate en el pleno del Parlamento con las que se adaptan las superficies para poder desarrollar alojamientos a la realidad de cada una de las tres islas.