El agua es un recurso esencial para la vida y el desarrollo sostenible de nuestro planeta. Para la empresa Mixta de Aguas de Santa Cruz de Tenerife (EMMASA) encargada de la gestión del ciclo integral del agua en Santa Cruz de Tenerife la calidad y la sostenibilidad son los dos grandes retos en la gestión del agua.

La gerente de EMMASA, Paula Soriano, recuerda que "solamente un 1% del agua del planeta es apta para el consumo humano. Por eso llevar a cabo una gestión eficiente de este recurso, ahorrar agua y valorar cada gota es esencial". La empresa, perteneciente al Grupo Sacyr, apuesta por la innovación y la incorporación de nuevas tecnologías como el telecontrol o el sistema de información geográfica (SIG) para mejorar la eficiencia en la gestión integral del ciclo del agua en Santa Cruz de Tenerife.

"La eficiencia y la innovación están presentes en todo el ciclo integral del agua, en el suministro a los hogares de agua de calidad y también en su tratamiento una vez utilizada para cumplir los parámetros sanitarios y medioambientales", afirma la gerente de EMMASA.

A través de un complejo y sofisticado sistema de monitorización de todas sus instalaciones, EMMASA es capaz de prestar suministro a los más de 200 mil habitantes de Santa Cruz de Tenerife. Para ello se sirve de aguas procedentes de galerías y pozos propios en un 6%, además del agua procedente de la desaladora del municipio, que supone el 45% de los recursos. De hecho, las instalaciones de la planta desaladora son capaces de producir el equivalente a 70 edificios como el Auditorio de Tenerife al año y de generar agua potable de alta calidad. El 48% restante del suministro de agua procede de pozos y galerías privados que se encuentran repartidos por la isla.

Un sistema de almacenamiento y una red de suministro a la vanguardia

EMMASA dispone de 38 depósitos de agua distribuidos por toda la ciudad con una capacidad de 204.0000 metros cúbicos. "Este almacenamiento permitiría a la ciudad contar con una autonomía media de más de cuatro días en caso de no generarse suministro de agua a partir de los pozos, galerías o de la propia desaladora", puntualiza Paula Soriano.

La red de suministro cuenta con unos 900 kilómetros de tubería que permiten suministrar agua potable a los hogares de todo el municipio. Además, en distintos puntos de Santa Cruz de Tenerife se encuentran una decena de estaciones de bombeo que facilitan la llegada del agua, pese a la dificultad de la orografía del terreno.

Según la gerente de EMMASA, "El óptimo funcionamiento del ciclo integral del agua está intrínsecamente relacionado con el esfuerzo realizado en innovación y en implantar tecnologías de telecontrol".

Gracias a esta tecnología, EMMASA puede conocer en tiempo real la situación de las instalaciones, detectar fugas o averías para intervenir con la mayor rapidez y realizar el seguimiento de las maniobras en el sistema de abastecimiento. "De esta forma conseguimos aprovechar al máximo los recursos disponibles y cumplir los objetivos de calidad del servicio y sostenibilidad en todo el proceso", explica Soriano.

El ciclo integral del agua se completa con el saneamiento (alcantarillado y depuración de aguas residuales). El tratamiento de las aguas utilizadas es obligado y está regulado por ley para su reutilización y aprovechamiento en usos municipales, como el riego de jardines y baldeo de las calles de la ciudad. De esta forma se cierra el círculo de gestión sostenible.