El Gobierno de Canarias ha instado al central a impulsar la normativa para autorizar en el transporte marítimo entre islas de naves de vuelo rasante, que navegan sobre un colchón de aire sin contacto con la superficie marina, lo que convertiría a España en pionera en Europa en este ámbito.

El vicepresidente canario y consejero de Obras Públicas y Transportes, Pablo Rodríguez, indica en un comunicado que gracias al impulso del Ejecutivo autonómico España será el primer país europeo en autorizar las naves de vuelo rasante (NVR), y que en el caso de Canarias operaría la compañía Ciwing.

En concreto, en noviembre de 2017 y a instancias del Gobierno de Canarias, la Dirección General de Marina Mercante puso en marcha un grupo de trabajo especializado para el desarrollo de una normativa española que permita explotar comercialmente este tipo de naves.

En el grupo de han participado representantes de la Dirección General de la Marina Mercante, un exalto cargo de la Organización Marítima Internacional, representantes de la división de sistemas navales del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA-CEHIPAR) y miembros de la empresa Ciwing, una de las impulsoras de la aprobación de esta normativa.

Desde su creación y tras una decena de reuniones técnicas, el grupo de trabajo aprobó el pasado 6 de febrero una propuesta definitiva de normativa para NVR, que ahora debe iniciar su tramitación para ser aprobada como norma legal.

Las NVR, conocidas como ekranoplanos, fueron reguladas para uso civil por la Organización Marítima Internacional en 2002 y se trata de naves que navegan sobre el agua sobre un colchón de aire sin contacto.

Sus características de diseño y materiales empleados se asemejan más a las de una aeronave que a las de las embarcaciones tradicionales, pero son legalmente barcos y su regulación depende, por lo tanto, de la autoridad marítima.

Sin embargo, dada sus peculiaridades, necesitan de un exigente desarrollo normativo en cada país para que puedan operar y para la formación de sus tripulantes.

Actualmente sólo Rusia, Corea y China disponen de una regulación nacional específica para este tipo de naves que permita su explotación y ningún país de la Unión Europea había desarrollado por el momento una normativa.