Pleno del Parlamento de Canarias

Daniel Cerdán y Rafael Yanes se despiden con 'tirón de orejas' a los poderes públicos

Diputado del Común y Comisionado de Transparencia piden a los poderes públicos que "cumplan la ley" y no tengan actitudes opacas

El Comisionado de Transparencia, Daniel Cerdán, aplaude al Diputado del Común, Rafael Yanes.

El Comisionado de Transparencia, Daniel Cerdán, aplaude al Diputado del Común, Rafael Yanes. / Ramón de la Rocha /EFE

Salvador Lachica

Cuando dos personas eruditas, literatas, de perfiles renacentistas pero con los pies asentados en el siglo XXI se jubilan, sus palabras se transmutan en sentencias cum laude. Más aún si, además, salen de los labios de quienes han sido los auténticos representantes de la ciudadanía para defenderla de las irregularidades y afrentas de los poderes públicos. Dos periodistas (amén de sus otros muchos cargos públicos) como Rafael Yanes, durante seis años Diputado del Común, y Daniel Cerdán, que carga sobre sus espaldas nueve años como Comisionado de Transparencia, se despidieron ante el plenario del Parlamento de Canarias con varias frases lapidarias que justifican aquella expresión de que la prensa es el cuarto poder: "cumplan la ley" y "cuando en los sistemas no democráticos se oculta cualquier cosa incómoda se camina a la postre hacia la ineficiencia de los recursos públicos y a la discriminación entre amigos y no amigos en las prestaciones concedidas".

Yanes, que será relevado el 8 de mayo por Dolores Padrón tras seis años al frente de la Diputación del Común, se ha dirigido a sus señorías recordándoles que «no puede ser una utopía que la administración cumpla la legalidad». 

"En Dependencia el objetivo no es mejorar, sino cumplir la ley y reconocer en seis meses, y no en cinco años, el reconocimiento del grado que demandan los ciudadanos", remachó no sin antes insistir en que los poderes públicos tienen que cumplir con la legislación "para tener autoridad moral a la hora de exigir a la ciudadanía que lo haga".

"Ni pleitesía ni reproche no justificado: he querido que esa fuera la norma en nuestra conducta de la más joven y más pequeña de las instituciones de Canarias. Es decir, no usar nunca una cuota de poder público, sea grande o pequeña, para someterse a criterios ajenos al interés general o al mandato las leyes; o para beneficiar o lastimar sin motivo a nadie moviéndose por fobias o adhesiones inquebrantables, como está ocurriendo desde hace años en nuestro país y en el mundo por la polarización progresiva que no cesa", sentenció por su parte Cerdán, que será relevado del cargo por Noelia García.

Como en toda clase magistral que se precie, no faltaron citas a otros autores. El Comisionado de Transparencia, que durante dos décadas fue el hombre de confianza y mano derecha del expresidente Adán Martín desde que este pilotó el Cabildo de Tenerife, quiso recordarle con una frase que pronunció en la tribuna de oradores quien fue de 2003 a 2007 el máximo representante de la Comunidad Autónoma: "estoy convencido de que la transparencia es el mejor antídoto contra la corrupción urbanística y que solo con ese tipo de políticas de transparencia lograremos arrinconar esas lacras de la vida política de Canarias y solo siendo firmes en este tipo de medidas lograremos restituir el lastimado crédito de la clase política para atraer a ella a los mejores hombres y mujeres de esta sociedad".

Lo dijo Martín en 2004, diez años antes de que se aprobara la primera Ley de Transparencia española en el año 2014 y sus palabras son plenamente vigentes aún hoy, dos décadas después, cuando estamos inmersos en el caso Koldo y las posibles irregularidades cometidas en las compras de material sanitario que hizo el Servicio Canario de Salud (SCS) durante la pandemia.

Unos contratos que, por cierto, fueron objeto de un informe específico llevado a cabo por el Comisionado de Transparencia y que el propio Cerdán lamentó que nadie haya consultado pese al esfuerzo de transparencia que hizo su institución.

Yanes y Cerdán elogiaron a sus respectivos equipos, agradecieron la colaboración de la ciudadanía y, tras sus últimas intervenciones como altos comisionados del Parlamento, recibieron la ovación unánime de la Cámara, salvo la bancada de Vox, desde donde insisten en que ambas instituciones son un derroche prescindible.

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