Piden seis años de cárcel para un gambiano acusado de patronear un cayuco en el que hubo un muerto

El juicio se llevará a cabo la próxima semana en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife

Juzgados de Santa Cruz de Tenerife

Juzgados de Santa Cruz de Tenerife / E. D.

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife acogerá la próxima semana un juicio en el que un ciudadano de Gambia se enfrenta a una petición de penas que suman seis años de cárcel, pues se le considera patrón de un cayuco en el que murió un migrante, y por ello es acusado e favorecer la inmigración irregular.

El ministerio publico considera que era el patrón de una embarcación con 64 migrantes, de los que nueve eran menores y en la que falleció uno de ellos.

El encausado habría actuado por encargo de los organizadores del viaje, que partió desde Mauritania, tras cobrar diversas cantidades a los pasajeros nacionales de Mali, Mauritania, Gambia y Senegal, que pretendían llegar a España.

Al acusado se le atribuye haber actuado como patrón de un cayuco que quedó a la deriva dadas sus precarias condiciones, una vez que dejó de funcionar el único motor que lo propulsaba.

La embarcación carecía de luces de posición o sistema de comunicación náutica, "creando así un evidente riesgo para la vida y la integridad física de sus ocupantes", se indica en el escrito de la Acusación. Finalmente, tras una semana de navegación sin apenas agua ni comida fueron localizados a la deriva al oeste de Gran Canaria y rescatados por los Servicios de Salvamento Marítimo que los acercó al puerto de Santa Cruz de Tenerife.

La Fiscalía considera que el encausado asumió las funciones de navegación, fijación y seguimiento del rumbo operando con un dispositivo GPS, intentó reparar el motor cuando se averió y asumió también la tarea de repartir comida y mantener el orden en el barco, llegando incluso a arrojar al mar el cadáver del fallecido.

De esa manera, con "su indispensable actividad" el acusado facilitó materialmente la entrada en el territorio nacional eludiendo el uso de un puesto fronterizo portuario habilitado de los 64 ocupantes que carecían de la necesaria documentación acreditativa, y de autorizaciones para entrar y permanecer en territorio español.

La Fiscalía le atribuye haber sido plenamente consciente de la escasez de víveres y agua, así como del hacinamiento de los pasajeros y deficiencias estructurales del barco para llevar a cabo una larga travesía en mar abierto desde Mauritania.

Por lo tanto, se le culpa de haber creado una situación de grave riesgo para la vida, salud e integridad física de los ocupantes por las penosas condiciones de la embarcación y lo avatares de esta arriesgada travesía.

Al llegar a tierra uno de los ocupantes fue ingresado de urgencia al sufrir una deshidratación moderada y desnutrición, y dos menores también tuvieron que ser atendidos en urgencias por ingesta de agua saldada.