José Gilberto Moreno: hay un hombre que lo hace todo en Canarias

Nombrado en noviembre gerente de Puertos Canarios, sigue con sus pasiones: dirigir el Museo Elder y la Asociación Cultural Salsipuedes

Jose Gulberto Moreno, en el centro de azul, con Pablo Rodríguez y Agustín  Manrique de Lara en un coloquio sobre el puerto y la ciudad.

Jose Gulberto Moreno, en el centro de azul, con Pablo Rodríguez y Agustín Manrique de Lara en un coloquio sobre el puerto y la ciudad. / Juan Carlos Castro

José Gilberto Moreno (Arucas, 1970) se levanta a las siete y se acuesta a las dos de la madrugada. En noviembre fue nombrado director gerente de Puertos Canarios, una tarea ardua, pero sigue siendo director del Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología, en Las Palmas de Gran Canaria, su ojito derecho, y de la Asociación Cultural Salsipuedes, que es su pasión, además de profesor universitario e investigador. ¿Su secreto? Dormir poco, organizarse al máximo y crear equipos.

Llega a Puertos Canarios con ímpetu para afrontar este nuevo reto: convertir a los 52 puertos canarios, con seis millones de pasajeros al año, en espacios ecointeligentes y abrirlos a la ciudadanía como si fueran centros comerciales, con zonas de restauración, para el disfrute de todos.

Proyecta que en 2027 ya tengan placas fotovoltaicas con pérgolas en todos los puertos para minimizar la contaminación lumínica y que, por ejemplo, las aves, como la pardela cenicienta, no se estampen por la luz, además de controlar la calidad del aire, del agua y los ruidos. «Y van a ser ecopuertos sostenibles, con control inteligente para el número de atraques y todas las mediciones, en definitiva, van a ser un modelo de puertos únicos en Europa», explica.

Aunque el presidente Fernando Clavijo le ha encargado ocupar este puesto de máxima responsabilidad y gestión, Moreno no va a dejar la dirección del Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología, en Las Palmas de Gran Canaria, que capitanea desde hace nueve años. Es su ojito derecho, y no cobra por ello. Su sueldo es de Puertos Canarios.

José Gilberto Moreno disfrutando de las instalaciones en el Museo Elder.

José Gilberto Moreno disfrutando de las instalaciones en el Museo Elder. / Andrés Cruz

Ni tampoco abandonará su gran pasión: la Asociación Cultural Salsipuedes, en Arucas, que fundó en 2001, y que motiva altruistamente a un centenar de vecinos a realizar recreaciones y obras teatrales de hechos históricos. «Es brutal lo que hacen todos ellos», dice como director, por las horas y dedicación que ponen las personas vinculadas a esta asociación, pionera en España.

Enfermero de vocación, es profesor universitario y realiza investigaciones renombradas como la que dirigió sobre el uso de las mascarillas en las guaguas por la pandemia, o la que está en cocina para alertar sobre los riesgos que pueden presentar para la salud y el bienestar de los adolescentes el uso de los móviles. José Gilberto Moreno es un ser de otro planeta, o lo parece.

¿De dónde saca el tiempo? Cualquier ser humano después de una jornada común busca el sofá, la mantita y una serie de Netflix o HBO, pero él tiene otras prioridades. A sus 55 años, se levanta a las siete de la mañana, desayuna con sus dos hijos, que son adolescentes, por cierto, de 16 y 17 años, y su esposa María Jesús Guerra, el sostén de la unidad familiar.

Después lleva a los chicos al colegio y dedica las mañanas o el tiempo que se requiera a la gerencia de Puertos Canarios, que están en las ocho islas.

Apertura del Museo Elder

El Museo Elder ha pasado a gestionarlo presencialmente más en horario de tarde y en fin de semana. «No significa ningún castigo», afirma, porque el «equipo es fantástico y autónomo». Reconoce la labor de cada director del museo –cuatro– igual que en Puertos Canarios, y reflexiona que a él le ha tocado la labor de aglutinar lo mejor de todas las etapas anteriores. En el caso del Museo Elder estaba muy consolidado, pero cuando llegó hicieron una encuesta y el 90% de los población no lo había visitado. «Pues, venga, hay que hacer un plan de choque, de apertura», recuerda.

A día de hoy, 10 centros educativos acuden diariamente a Elder. «No existe museo en España que tenga esta capacidad», indica, pues son 500 escolares todos los días, más los visitantes. La clave, repite, consiste en trabajar en equipo y delegar.

Es un museo muy profesionalizado, argumenta. Luego, tres veces en semana, ya casi de noche, se reúne con la Asociación Cultural Salsipuedes, que fundó hace más de 20 años, para programar las representaciones que van a hacer, de las que él es el director además de escribir los guiones, o investigar, junto a otros vecinos profesionales, la historia que narran. Todo es un trabajo en común, resalta.

De vuelta a casa, cena con la familia, y sobre las once hasta las dos de la madrugada se dedica a estudiar, a contestar correos y WhatsApp, y a organizar la jornada laboral del día siguiente milimetradamente para no tener que coger el móvil. Solo si es una urgencia, pero de las de verdad, las de los hospitales que tanto conoce. En su currículum figura además ser experto en salud comunitaria y especialista en enfermería familiar, así como en gestión de recursos e infraestructuras por la Organización Mundial de la Salud.

Pieza clave en la pandemia

De hecho, fue una pieza clave en la coordinación de los dispositivos de rastreadores, de vacunas y de tomas de pruebas diagnósticas durante la pandemia. Es más, el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología, que ya dirigía, jugó un papel esencial en la crisis sanitaria del coronavirus, al poner a disposición de los servicios sanitarios sus recursos humanos e instalaciones.

Tuvo una alta responsabilidad otorgada por el presidente del Gobierno en ese momento y actual ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, el socialista Ángel Víctor Torres. Aunque Moreno se identifica con CC y ha sido diputado regional, Torres y él son del barrio de La Goleta, en Arucas, vecinos de toda la vida, y se tienen un gran afecto.

Es de los pocos sanitarios, dice, que ha ido al 100% de los centros de salud y consultorios de toda la comunidad autónoma, de los 88 municipios. Se dedicaba a formar a médicos y enfermeros en educación para la salud con el Servicio Canario de la Salud.

Fue presidente del Instituto Canario de Hemodonación y Hemoterapia y director general de Dependencia, Infancia y Familia del Gobierno de Canarias, lo que le dio la posibilidad de conocer los servicios sociales por dentro. Y como enfermero estuvo seis años en Moya y doce en Arucas.

De ahí el gran capital que atesoraba para combatir el covid y gestionar equipos. Y mientras tanto, como si le sobrara tiempo, estudió antropología.

Cruz Roja

Todo tiene su razón de ser. Su padre y abuelo eran activistas sociales, cuenta. Su padre, José Moreno, llegó a ser presidente de la Cruz Roja y le inculcó esos valores educativos de respeto al prójimo. Con catorce años, José Gilberto Moreno fundo la Asociación Juvenil Siglo XXI, primer colectivo juvenil de Gran Canaria, y como le gustaba el baloncesto también gestó el Club Baloncesto Goleta, pues solo había fútbol sala en su barrio.

Federación de Baloncesto de Gran Canaria

En dos años tenían 400 chiquillos, y no solo iban a campeonatos sino que hacían las fiestas del barrio, es decir, se transformó en un proyecto de comunidad. Moreno llegó a ser presidente de la Federación de Baloncesto de Gran Canaria. Y de ese club surge Salsipuedes, un proyecto comunitario cuyo nombre fue en honor a su padre.

Asociación Cultural Salsipuedes, en Arucas

En estos 20 años han realizado más de 400 representaciones, con más de cien voluntarios. Descubre que el teatro le apasiona y para él es un orgullo ver a toda la asociación entregada y representar obras como Alí el Canario, ha sido todo un lujo.

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