Canarias estrena el primer laboratorio de Europa capaz de 'diseccionar' la calima

El Laboratorio de Calidad del Aire de Canarias (AirCanLab) será una pieza clave para monitorizar la contaminación atmosférica durante fenómenos extremos y para concretar las acciones de mitigación del cambio climático

Inauguración del Laboratorio de Calidad del Aire de Canarias

Arturo Jiménez

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Canarias estrena el primer laboratorio de Europa capaz de diseccionar el aire y la calima, con el fin de conocer todas las sustancias que lo componen. Desde este julio y tras un año de trabajos, el Archipiélago tiene en su poder una herramienta única para observar –casi en tiempo real –el impacto de los episodios extremos de polvo en suspensión (las conocidas como supercalimas), los grandes incendios forestales e incluso las erupciones en el aire que respira la población. El objetivo es que tanto las autoridades como la población puedan reaccionar con la mayor premura y diligencia posible ante un episodio de contaminación, así como afinar más las acciones que se deben llevar a cabo reducir las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero que se generan en el Archipiélago

Este nuevo laboratorio, que ha reconvertido la inutilizada antigua biblioteca del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC), va a suponer un antes y un después en la vigilancia de la calidad del aire en el Archipiélago. No solo "servirá como apoyo a la red ya existente", tal y explica Sergio Rodríguez, investigador del IPNA y coordinador de este proyecto que se ha podido sacar adelante gracias a un convenio de colaboración entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Gobierno de Canarias. Esta nueva incorporación proporcionará "datos científicos" analíticos mucho más refinados que permitirán conocer mejor el aire que la población isleña introduce en sus pulmones.

Esta infraestructura única se ha podido instalar en las Islas gracias a la inversión de 2,6 millones de euros del Ejecutivo regional, a través de la Consejería de Transición Ecológica y Energía. Estos fondos se han utilizado tanto para adquirir tecnología de última generación para poner en funcionamiento el laboratorio como para sufraga los contratos de hasta siete investigadores expertos en la materia.

El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, que durante la visita a las instalaciones se mostró interesado por el equipo de investigación, destacó que el impulso de este tipo de proyectos científicos surgen de un "empeño" del Ejecutivo por demostrar que "Canarias es algo más que sol y playa". "En Canarias se hace ciencia" y, por ello, valoró todas aquellas iniciativas destinadas a darle valor al talento que se forma en las Islas así como a captar nuevas mentes.

En concreto, las cuatro estaciones desplegadas por el Archipiélago desde el pasado mes de febrero, tomarán muestras de los componentes del aire a través de unos finos filtros de cuarzo o vidrio. De vuelta a los laboratorios tinerfeños, las muestras pasarán por varias fases. Primero se separarán los compuestos del aire con diferentes procesos físicos de desagregación (con ácido, agua o disolvente) y, posteriormente, se analizarán. "De esta manera podremos separar las emisiones de PM10 (partículas de un tamaño menor de diez micras) en hasta 70 especies químicas", revela Rodríguez. 

Una investigadora muestra el laboratorio a los representantes institucionales.

Una investigadora muestra el laboratorio a los representantes institucionales. / Arturo Jimenez

Los lugares elegidos para instalar los equipos han sido La Graciosa, Fuerteventura, Tenerife y Gran Canaria. "Creemos que así podemos disponer de una visión global de la contaminación local", insiste el investigador, que recuerda que Canarias es la región de la Unión Europea donde se alcanzan las mayores concentraciones de partículas en suspensión (PM10 y PM2.5), aunque no tiene que ver con la contaminación local.

Y es que si bien existe contaminación –en especial en las urbes– por el tráfico o los buques que se encuentran anclados a los puertos, también es común encontrar una gran concentración de sal marina, debido a la acción de la costa, que distorsiona los resultados reales.

Pero el mayor disruptor de las mediciones de partículas en suspensión es la calima. Canarias es el punto de llegada de estos episodios de polvo en suspensión sahariano y desde 2020 son más intensas. "Hemos tenido un total de seis supercalimas entre 2020 y 2023", afirma Rodríguez. Y aunque no es posible aún relacionar este fenómeno de manera directa con el cambio climático, una de las previsiones del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) es que el aumento de temperaturas globales y el consecutivo cambio en los patrones atmosféricos provoquen un aumento de la intensidad de estos episodios.

La ubicaciones en las que se instalan estas torretas de toma de muestras no es casual. La Graciosa ha sido seleccionada para este fin por ser un punto de referencia, ya que cuenta con el aire más impoluto de todo el Archipiélago. Fuerteventura también se encuentra en un lugar estratégico, pues la isla majorera es el punto de entrada de la mayoría de episodios de polvo sahariano en suspensión que afecta a las Islas. Por último, Gran Canaria y Tenerife, son las islas con más población, más movimiento por carretera y por ende, más contaminación antropogénica.

Los retos del cambio climático

El Consejero de Transición Ecológica, Mariano Hernández Zapata, resaltó la importancia de contar con un recurso científico de este tipo. "Nos ayudará a afrontar los retos del presente y del futuro de las Islas con el cambio climático", aseveró. No en vano, uno de los propósitos de esta novedosa vigilancia es poder saber concretamente cuánta contaminación del aire proviene de la actividad humana.

"Podremos diferenciar el polvo desértico y la sal marina de la contaminación que provocan los barcos o los coches", resaltó el consejero. Esto es de especial relevancia en grandes ciudades como Santa Cruz de Tenerife o Las Palmas de Gran Canaria, dado que ambas se encuentran cerca de la costa. Esto provoca que la contaminación generada por el tráfico o los cruceros –que se mide a través de concentraciones de partículas en suspensión– a menudo quede escondida con la sal marina, lo que entorpece la vigilancia de la calidad del aire e impide tomar medidas para frenar las emisiones que sean coherentes con lo que se contamina. 

El presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, ha resaltado que este convenio es fruto "del compromiso del Gobierno de Canarias con la investigación y la transferencia". En este sentido, ha recordado que las últimas emergencias que ha vivido el Archipiélago han demostrado la necesidad de que los políticos cuenten con el respaldo científico para tomar decisiones más adecuadas y "equivocarnos lo menos posible".

Sergio Rodríguez, coordinador del laboratorio del CSIC

Sergio Rodríguez, coordinador del laboratorio del CSIC / Arturo Jimenez

Datos disponibles en abierto

Los datos que se extraigan de la investigación en laboratorio estarán disponibles de manera gratuita y abierta en un portal web que empezará a funcionar en octubre. Estos datos se actualizarán, en principio, cada quince días, aunque la red está preparada para dar información más rápida en caso de emergencia, como puede ser un gran incendio –como el de Tenerife de 2023 que elevó las partículas ultrafinas a niveles irrespirables–, una entrada de supercalima o una erupción volcánica. "Aunque espero que pase mucho tiempo para esto último", asevera Rodríguez.

La idea es que cualquier ciudadano, político o científico de Canarias pueda acceder a estos datos en el momento que lo necesite. "Toda esta información nos puede servir para los estudios de cambio climático, para mejorar los diagnósticos médicos, mejorar los modelos predictivos de la calima de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) o evaluar el impacto de estas sustancias en el océano", resalta el investigador.

Parte de los problemas más graves de las altas concentraciones de partículas en suspensión son sus efectos en la salud de la población. En el caso de la calima, varios estudios de investigación han encontrado una correlación entre los días de más concentración de polvo en suspensión con el aumento de visitas a las urgencias, así como un incremento en el empeoramiento de patologías cardiorrespiratorias. A esto se une que el progresivo desarrollo industrial del norte de África está contaminando el polvo del desierto del Sáhara en origen, lo que provoca que trazas de sustancias químicas como zinc y bromo, también lleguen a Canarias.

Con la puesta en marcha de esta novedosa infraestructura científica, Canarias aspira a convertirse en una referencia del estudio de la calidad del aire en la Macaronesia así como llevar la voz cantante en los estudios de este tipo tanto para el resto de Archipiélagos de la región como para Europa.