La murga infantil Guachipanduzy, segundo premio de Interpretación en 2018 y que actúa en la segunda fase de este viernes, consolida su apuesta por un repertorio amable e infantil de Félix Padilla, quien, de la mano de Juanjo Coello, ha logrado un estilo propio que borda una directora pletórica, Laura Coello, hija de Juanjo y Carolina Padrón.

Entrar en el local de Guachi, fundada en 1991, es disfrutar de la murga y la familia, de la tradición y la letra bien armada para dejar un mensaje con sutileza. Enamora ver cómo los niños se entregan en el ensayo, cómo Laura Coello es una amiga más del grupo a la que se respeta cuando marca el compás. Muchos años viviendo en casa la murga que dan sus frutos.

Los niños, en su mayoría de doce y trece años, disfrutan con lo que cantan y cómo lo cantan porque Guachi convierte en un juego su actuación. Así, cuando acaban de ensayar, hay tiempo para disfrutar y el local de la formación infantil se convierte en un patio, donde cada uno cuenta las anécdotas del día, otros corretean y los mayores hasta comparten móvil. Musicalmente lo bordan con contracantos en su pasacalle, y luego entran en su repertorio, con elegancia. Es una crítica indirecta. Como una buena película que acaba: "Basada en un hecho real".