De todas las murgas de la noche, las mejores que sonaron, en su presentación y pasacalle, en una velada marcada por problemas en el sonido. Tiralenguas desprendía magia sobre el escenario. Junto a José Antonio Vera, su director y fundador, el brillo de las voces venía de la mano de Xerach Casanova, que acababa de cantar con Mamelucos dos minutos antes.

Su primer tema de concurso, una de las perlas que les ha escrito este año su letrista de cabecera, Josué González Chano, para hacer referencia a la falta de valor cuando se pide la custodia por una decisión judicial. Llaman materialista a Ana Oramas por la ambigüedad que mantiene con el Gobierno central. Los estudiantes, los sueldos escasos, el máster de Cifuentes... para denunciar los esfuerzos para llegar a la Universidad. También el bombazo de los alquileres... y preguntan cómo afrontar esta situación, máxime con el desempleo que afecta a los canarios. El tema se viene arriba al tocar corazón, al cantar a los pensionistas o denunciar que no hay pediatras en la residencia. Fuerza de principio a fin del tema.

En su segundo, se aproximan a la aplicación de la tecnología. Más ambiciosa la presentación que la ejecución en sí. El anuncio de que es la primera canción por streaming es el papel de regalo en el que venden un popurrí, para contar el caso de un agricultor, para luego ceder el sitio a un canarión, que intentan interactuar con el público, primero al grito de "chicharrero" y luego en un intento frustrado de "pío, pío". Enfrentaron la navidad de Pedroche, que da las campanadas frente a familias numerosas que no tienen para comer. Con un planteamiento diferente, con buenas voces... buscaron, sin duda, enamorar al público con una actuación de calidad que deja en alta consideración el concurso de murgas del Norte.