Idafe González, componente de Diablos Locos desde 2004, ya logró un premio Criticón como componente trónico con La Gramola (2008), y esta edición se estrena en el palmarés de letristas, en la categoría infantil, por Entre dictado y redacción, aprenderemos la lección, de Mamelones, con la que colabora desde 2018.

¿Qué cree que se ha valorado para otorgarle el premio?

Se ha valorado la letra más infantil porque combina la crítica, el humor y la ironía, y porque el tema es muy educativo.

¿Qué le ha sorprendido en las murgas infantiles de este año?

En general, me ha sorprendido el nivelazo; ha superado todas las expectativas. Había nueve murgas que optaban a premio. Me alegra un montón que el concurso infantil goce de tanta vida.

Ya no es novedad que las murgas infantiles canten bien...

Ya no es novedad que canten bien porque hay más implicación, incluso en algunas donde, aunque sean poquitos componentes, tienen bastante afición y quieren su murga. Los grupos de trabajo van a más y apuestan por los niños.

¿Se ha perdido el humor?

El humor se ha perdido en las murgas en general, y es algo por lo que siempre lucharé. Una murga es criticar, pero también es hacer reír y más en estos tiempos que parece que todo lo que vemos en la tele es negativo; parece que siempre estamos enfadados. Si haces humor, nos alegra un poco.

¿Los mayores prueban con los niños ideas que luego llevan a la categoría adulta?

No creo. Son dos concursos totalmente diferentes. En las murgas infantiles se cuida más el repertorio, aunque es cierto que cada vez hay más espectáculo. Se mide muy bien lo que se canta, y eso es de valorar.

Y en las murgas adultas, ¿qué se ha premiado más?

Este año se ha premiado mucho el espectáculo, pero en el espectáculo ha habido muy buena letra. La gente se queja mucho por la letra de Zeta-Zetas y, si te paras a analizarla, fue un tema de mucha calidad.

¿Comparte los premios de Interpretación en murgas adultas?

Sí, siempre he compartido lo que decida el jurado, porque hay que verse ahí. Es muy complicado.

¿Corren peligro las murgas infantiles o adultas de seguir la estela de Zeta-Zetas con el uso de las tecnologías?

Cada murga tiene su estilo y lo van a respetar. Este año he visto unos Mamelucos que siguen en su línea, igual que Diablos Locos, o Bambones, con su crítica dura. Esto es cíclico. Pasó con el humor de Triqui-Traques, que tuvo su época. Ahora se está llevando este estilo de murga espectáculo, pero todo son épocas.

O sea, que Zeta-Zetas disfruten de su época dorada.

Por supuesto la disfrutarán, pero también intentarán superarse a sí mismo, que no es nada fácil. Su trabajo es admirable. Lograr lo que han logrado, máxime si tienes en cuenta que hasta hace unos años era una murga joven, es digno de admiración.

¿Hacia dónde evolucionan las murgas infantiles?

Evolucionan hacia el espectáculo. No me gustaría que fuera tanto, sino que primara más la letra. He sido partidario de no sacar dos escenarios, sino que la letra la vendan los niños. El problema es que si hay mucho espectáculo, la mayoría de las murgas se van a subir a ese carro para llamar la atención porque, además, las infantiles no arrastran la afición que tienen las murgas adultas, tristemente.

¿Gozan de buena salud las murgas?

Gozan de buena salud: vemos el recinto lleno y la final de murgas a tope, incluso en la primera fase se habían agotado las entradas. Y en las murgas infantiles, el nivel que están marcando es para disfrutarlo, y ojalá más murgas de niños se suban a ese nivel.