La vida de Antonia Garrido (Sevilla, 1959) está marcada por el arte. Llegada de la capital hispalense, Antonia Garrido se estableció, con doce años, en Las Palmas de Gran Canaria, para luego trasladar su residencia a Tenerife, y alternar su estancia en la Isla con las clases de danza que recibía en el conservatorio de Madrid, donde culminó su formación. Hace 45 años, recuerda, fue cuando llegó a la Isla. Formaba parte del ballet Alhambra y vino con motivo de la inauguración de la sala de fiestas Andrómeda, en el Lago Martiánez, de Puerto de la Cruz. Fue el inicio de una andadura artística que la llevó al Tablao Martiánez o La Cueva, también en la ciudad turística, ya con su propio ballet.

Bailarina de clásico, español, flamenco, contemporáneo, con el paso de los años Antonia, "libre como el viento" -desde hace 20 años y madre de dos hijos- hizo realidad uno de sus sueños: presentarse a reina del Carnaval. En una de esas visitas que realizó al Bingo Canarias y al Bingo Ciudad La Laguna, tuvo conocimiento de la celebración de un cásting organizado por el diseñador Antonio Santos Arteaga para elegir a la candidata que patrocinarían estas dos firmas comerciales. El creador admitió ayer que era imposible no quedarse enamorado por la frescura y el desparpajo de Antonia Garrido, que en la actualidad reside en El Toscal-Longuera, en la localidad norteña de Los Realejos.

La reina destaca la buena relación entre las nueve candidatas, que comparten grupo de whatsapp. "Cuando empezaron a nombrar a las damas y oí el nombre de la cuarta pensé: tengo opciones. Cuando quedaba por saber la reina, dije: me voy a casa".

En la gala del miércoles, fue la segunda en salir. "Tengo ventaja porque, como bailarina, estoy acostumbrada a actuar ante el público. Cuando esperaba mi turno -fue la segunda en desfilar- quería que se abriera la puerta y a la vez que siguiera cerrada, y eso que soy una persona muy expresiva". Así define ese momento de miedo escénico antes del desfile. "¿Qué pensé cuando oí nombrarme como reina? ¡Me volví loca!", dice con una sonrisa imborrable.

A la cita con la prensa, celebrada en el Hotel Silken Atlántida de la capital, en presencia de los representantes de sus firma comerciales y junto a su diseñador, Antonia Garrido desvela que el traje era muy ligero de llevar. "Es una fantasía espectacular", lo define con orgullo, mientras su diseñador precisa que ha sido realizada por su equipo de trabajo, integrado por una veintena de personas, que se han encargado de dar forma a un traje que lleva 25.000 piedras. "Es un trabajo de artesanía, con mucho brillo", valora Antonia.

El mayor reto para la reina fue llevar el tocado, reconoce, porque "es un poco incómodo", comenta casi disculpándose, para colocárselo y posar ante los medios de comunicación con elegancia y el orgullo de quien ya es la reina de los mayores. Ella también participó en la elaboración de la fantasía dentro de sus posibilidades, pues tenía que venir al taller del diseñador desde Los Realejos.

De forma cómplice, el diseñador la interrumpe para advertir que el éxito es mérito, a partes igual, entre el traje y la candidata. Bailarina en su etapa profesional, Antonia vuelve a sorprender cuando se le pregunta por sus hobbies:

-¿Qué hace ahora?

-Soy estudiante. (Se ríe). Acabé el nivel 2 de inglés, saqué un grado de Cocina y Hostelería y ahora hago uno superior de peluquería con Radio Ecca.

No para. Una reina moderna.