Los Carneros de Tigaday han recorrido este domingo las calles de Frontera, en El Hierro, ataviados con pieles y manchando con betún a todo aquel que se ha cruzado en sus pasos.

Unos cuarenta jóvenes han humanizado a los carneros, figuras propias de la tradición pastoril de El Hierro, con motivo de la celebración de los Carneros de Tigaday, que en esta edición cumple un año tras ser declarado Bien de Interés Cultural de Canarias.

Aunque nadie sabe a ciencia cierta la fecha de la que data esta celebración, lo que sí se conoce es que estuvo prohibida y olvidada hasta que, para regocijo del pueblo herreño, la recuperara Benito Padrón Gutiérrez, que con la ayuda de su hijo Ramón Padrón y la de los miembros del Grupo Folclórico Tejeguate.

De esta manera, han logrado mantener la representación de Los Carneros de Tigaday como el ejemplo más emblemático y representativo del carnaval en la isla de El Hierro.

La fiesta ha comenzado y terminado con una estampida, el sonido de los cascabeles y la aparición del rebaño, entre los que se encontraban jóvenes ataviados con pieles acompañados de máscaras espeluznantes, conocidos de forma popular como "locos", que además de ser los encargados de ayudarles en el arreglo de su disfraz son quienes les procuran el betún.

"Si estos días por las calles de Tigaday oyes el sonido de unos cascabeles, corre y no te detengas porque, con toda probabilidad, terminarás embetunado",rezan en voz alta.

Esta escenificación se ha convertido en un atractivo cultural y turístico, una cita ineludible para todos los vecinos de la isla y para los que la visitan en estas fechas, y que este año se celebra los días 3 y 5 de marzo.

Son muchas las personas que año a año, intervienen, trabajan y se encargan de cuidar y velar para que este legado se mantenga y se conserve para generaciones futuras.

Entre ellos se encuentran quienes esperan impacientes para poder correr o esquivar a esta peculiar "manada".