HOY nos vamos a limitar a comentar nuestro periódico del domingo último. Ni una página de la edición de ese día ha carecido de esencia, de sabor patriótico. Casi todas rezuman interés por los temas actuales juntamente, y por desgracia, con el habitual mal olor que producen las informaciones que se refieren a los paripés políticos. Ya hablamos ayer en nuestro editorial de la frase del Papa "la Iglesia está al servicio de la verdad y de la libertad", que es nuestro lema. Nosotros no somos la Iglesia, pero sí estamos al servicio de la libertad y de la verdad. Y desde hoy anticipamos, para que quede grabado en la mente de todos los canarios, y en especial de los tinerfeños y de nuestros cientos de miles de lectores, que nos llevaremos muchas sorpresas. Leeremos, oiremos y, en definitiva, sabremos de un sin fin de difamaciones contra este medio y contra José Rodríguez, su editor además de portavoz y alma del pueblo canario. No esperamos buenos resultados. Lo anticipamos, pero confiamos en nosotros y en Dios para salir adelante y para que al final prevalezca la verdad y estemos en el podio, si no de los triunfadores, sí al menos de los triunfadores en la maratón política y patriota en la que estamos inmersos. Al final, como decimos, estaremos a la diestra de Dios con los justos. Y ahí queremos encontrarnos con nuestros antepasados, los guanches, una vez liberada para sus descendientes la tierra que ocupaban ellos antes de que les fuese arrebatada con una conquista sangrienta.

No nos vamos a acobardar. Ni un paso atrás en nuestra lucha pacífica, siempre pacífica, hasta conseguir la libertad de Canarias. Sabemos, y lo hemos dicho muchas veces, que el camino no será fácil. Nuestros enemigos, que también son los del pueblo canario, tratarán de acallarnos por todos los medios. Y cambiamos de asunto.

El domingo le hacíamos una entrevista a José Manuel Bermúdez; un político de Las Palmas, aunque no creemos que anteponga, como lo hacen sus conciudadanos canariones y correligionarios políticos, los genes de esa etnia o raza a los intereses de la más emblemática capital de Canarias. No pensamos que Bermúdez sea de esa estirpe y tire y barra para Las Palmas. Ejemplos los hay a porrillo. Creemos en José Manuel Bermúdez y en su entusiasmo. Pero no vamos a añadir hoy ninguna opinión sobre él. Tan sólo nos vamos a remitir a nuestro editorial de ayer, en el que decíamos que Santa Cruz necesita un alcalde de la talla de García Sanabria. Talla que puede darla él si es capaz de tener presente que Santa Cruz necesita un alcalde de calidad.

Empezamos este comentario hablando de nuestra edición del domingo. En ella estaba la noticia de una especie de convención de CC. Muy bien por las soluciones de CC siempre que no perjudiquen a Tenerife. Sin embargo, qué hacía una socialista como Ana Oramas entre los nacionalistas. ¿Es conciente esta señora del daño que le ha hecho a Canarias, a su partido y a los tinerfeños?

No menos elogioso es el trabajo publicado en esa misma edición sobre los escudos de los 31 municipios de Tenerife. Un reportaje basado en el libro "Banderas y escudos de Canarias", de José Manuel Erbez. Por último, entre los artículos de nuestros colaboradores publicados el domingo, que todos son buenos y jugosos en sus comentarios, destacamos el de Andrés Miranda titulado "¿Es posible una rebelión cívica en España?". Pero hay un artículo del que nos ocuparemos nosotros y también Ramón Moreno Castilla, así como otros especialistas en aguas territoriales. Hablamos del artículo de Juan Romero Pi titulado "¿Aguas canarias?". Tras preguntarse si es todo malo lo que se ha acordado en Madrid entre Paulino Rivero y Zapatero, manifiesta este profesor que "solamente cuando se apruebe el proyecto, si se aprueba, entonces veremos sus consecuencias (jurídicas). Una de ellas, que no es baladí, será la definición de la ZEE en Canarias, en la que quedarán incluidas las aguas interinsulares, sin que por ello pierdan su condición de aguas internacionales; y la otra consecuencia será que se lleve el asunto del reparto de competencias estatales o autonómicas sobre las aguas canarias y, en su caso, sobre los restantes espacios marítimos que rodean a Canarias, sobre los que el Estado español ejerce soberanía o jurisdicción, a la distribución que se contenga en la Constitución, pero también en el Estatuto de Autonomía, lo que es bastante importante, pero queda por definir. De todas formas, esas "aguas canarias" serán aguas de soberanía española."

Por nuestra parte sólo añadimos que está por ver si Zapatero cumple con lo que le prometió a Paulino Rivero.