Desde hace ya muchos meses, hasta el más pequeño de los ayuntamientos procura cumplir esta norma del ahorro de agua. Bueno, con la sola excepción de Emmasa. Me explico: habito en la calle Ruiz de Padrón, que nace en la calle San Francisco y finaliza en Valentín Sanz; pues bien, por razones que ignoro, y que además no interesan, es raro el mes en que no se produce una avería en la esquina de ambas calles.

Considerando que soy un acérrimo defensor de esta medida, es raro el mes que no tengo que llamar a la citada empresa denunciando el hecho, que, repito, se produce con una frecuencia más de lo normal. Vienen, la ¿reparan? y hasta la próxima.

Pero lo que sucedió el pasado sábado es auténticamente una tomadura de pelo de cinco estrellas. Me refiero al sábado 23 de julio. Antes, en este diario, y en una sección dedicada a los teléfonos más usuales, incluían el de emergencias de la citada empresa; ese día, al menos no figuraba el mismo, por lo que opté por la guía telefónica, uno de los errores mayores que he cometido en mi vida, y que han sido cientos. Tras llamar a varios al fin me contestó el medio más odioso del siglo, me refiero a la dichosa centralita automática con el consiguiente "si desea hablar con contabilidad, marque el 2, por ejemplo; hasta que por fin logré hablar con una persona. Tras denunciarle la avería, me sometieron a un interrogatorio inexplicable y absurdo, tal como si el agua era limpia, si salía de la acera (las dos calles son peatonales), mi domicilio, teléfono y no se cuántos datos más. Yo le insistía en que no hacía falta tantas preguntas, que siendo una calle en sentido ascendente lo único que se requería es que se personase una cuadrilla y vieran el lugar por el cual manaba el chorro. Entiendo que si Emmasa quiere que el pueblo colabore ponga al menos un teléfono gratuito y que lo anuncie lo suficiente.

Porque yo, aparte de la pérdida de tiempo, no tengo por qué soportar, encima, casi ocho minutos de la llamada. Esta es al menos mi postura. Señores de Emmasa, o arreglan esto o, por lo que a mi respecta, han perdido Vds. un colaborador.

Con el fin de dejar las cosas en su sitio, a los pocos minutos había una pareja reparando, que supongo será hasta la próxima semana, si es que alguien llama, porque el firmante de la presente no está dispuesto a someterse a interrogatorios y encima gastando mi dinero. Supongo que como casi todas las quejas de los usuarios de los monopolios esta irá a la papelera, pero yo, al menos, descargo la adrenalina.

Alfonso Hernández Suárez

Al padre Teide

Derrochas hermosura y gracia, llenas de paz los corazones de tus hijos, todo lo cambias, todo lo puedes y en ti no hay nada más que amor; eres poderoso, increíblemente sabio, incansable, bondadoso; cuando me alejo de ti, mi corazón se llena de miedo; cuando vuelvo a ti, todo mi ser se llena de luz; ¡oh! precioso padre Teide, tu grandeza no tiene límites. Gracias, muchas gracias, por permitirme nacer en tu seno, caminar, sentir, reír, amar, llorar, apasionarme, cuestionarme y poder darme cuenta de toda la maravillosa obra que has creado y dejarme ser en ella una pequeñísima parte de ti.

Un fuerte abrazo de un canario verdaderamente enamorado de su bella isla. Cuando se permanece siempre junto a lo nuestro, el hombre termina identificado con su entorno y pierde la admiración por todo lo que tiene. Pero cuando se va y se viene se siente una gran tristeza al marchar, así como una inmensa felicidad al volver, y se aprecian, como nuevas, las bellezas de su terruño.

Juan Miguel Martín González