A PESAR de que el Gobierno que preside el señor Rodríguez Zapatero se halla dando los últimos coletazos, no por ello cesa en su manía de dilapidar el dinero público hasta dejar las arcas vacías. Y esto no es nuevo, pues cuando los españoles, con su voto, echaron a Felipe González del Ejecutivo, en favor de José Mª Aznar, la situación económica de España era patética. Esta es la herencia del socialismo: deuda, déficit, paro, pobreza y ruina.

El déficit económico ha llegado a tal extremo que, probablemente, el Gobierno que surja de las próximas elecciones generales es probable que tenga que echar mano del Fondo de Reserva para poder pagar en diciembre las pensiones correspondientes a la paga ordinaria, la extra de Navidad y la compensación por la subida del IPC. Es decir, unos 16.000 millones de euros que pueden agotar las arcas de la Seguridad Social.

Resulta incomprensible que, con la precariedad económica de la Hacienda Pública, las escalofriantes cifras del desempleo y la penosa situación por la que pasan millares de familias, este atajo de botarates que nos ha tocado padecer regalen y boten el dinero que podría servir para paliar el paro y muchas de las calamidades que sufren los españoles. Veámoslo.

Según publicó el BOE del 10 de octubre, el Ministerio de Política Territorial ha concedido a CCOO y UGT 1,28 millones de euros como subvención para costear reuniones sindicales en las que participa la Administración General del Estado.

Con la posible llegada del PP al Gobierno se pondrá fin a la Alianza de Civilizaciones promovida por Zapatero en 2004. Un conjunto de proyectos irrealizables que ha supuesto un despilfarro a las arcas públicas de 7,5 millones de euros.

El presidente del Congreso, José Bono, no entiende de crisis, pues tras el desproporcionado gasto de reposición de alfombras, tapices y reposteros que costó 519.200 euros, se va a gastar 4,2 millones en mantener los servicios informáticos de la Cámara Baja. Con este gasto compromete parte del presupuesto de dicha sede durante cuatro años.

La ministra de Sanidad, Leire Pajín, tras pasar un fin de semana de julio con sus padres en el lazareto de Mahón, concedió 400.000 euros a dicho centro sanitario para obras de mejora. Así lo publica el BOE del pasado día 1. Igualmente, según refiere el BOE del día 6, esta señora ha concedido 432.000 euros a organizaciones de gays y lesbianas, porque siguen siendo una prioridad en el Gobierno de Zapatero (léase réditos electorales).

El Consejo de Ministros celebrado el pasado día 14 aprobó un Real Decreto concediendo créditos extraordinarios y suplementos de crédito por valor de 4,2 millones de euros para paliar errores de previsión y cálculo presupuestario del Estado que no consideró la ministra Salgado, porque el Fondo de Contingencia previsto para estos desajustes presupuestarios ya está agotado.

Según publica el BOE del día 7, el presidente del Gobierno ha concedido un total de 5,2 millones de euros (el año pasado fueron 6 millones) para actividades relacionadas con las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo. De estas ayudas "revisionistas" también se benefician los sindicatos CCOO y UGT.

El Gobierno andaluz que preside el socialista José Antonio Griñán ha regalado 9,5 millones de euros (¡como lo leen!) a UGT y CCOO para "orientación laboral". Una falacia, porque sigue siendo la comunidad autónoma con más paro de España: 943.000 personas. ¿Desde cuándo los sindicatos crean puestos de trabajo?

Los casos de despilfarro son tan numerosos que es imposible describirlos aquí. Por ello, la Defensora del Pueblo en funciones ha solicitado al Ministerio de Justicia que estudie "con toda seriedad y rigor" la inclusión del "despilfarro público" como delito en el Código Penal, ya que es un asunto que "escandaliza profundamente, y con razón, a la ciudadanía". El dinero que tan irresponsablemente derrochan las administraciones públicas (¡todas!) procede de los impuestos que gravan la renta o el consumo de millones de personas. Es un gasto innecesario, la mayor parte de las veces que generalmente no busca el lucro personal de quien lo gasta -o malgasta- aunque sí su lucro político.

Con tanto despilfarro no es de extrañar que en España el paro esté a la cabeza de Europa, mientras que la sanidad, la educación y las prestaciones sociales sean tercermundistas ¿Hay derecho a esto? ¡Así no se hace política. Hay que tener un mínimo de vergüenza y de responsabilidad!