ESTE periódico, en su número del lunes pasado, publica que el doctor don Miguel Ángel Thous, que fue director del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife, o sea, con conocimiento de causa, afirmó, y advirtió, que Canarias carece de un registro de enfermos mentales, el cual el médico considera fundamental para prestar asistencia a personas sin hogar que padecen este tipo de enfermedad.

El doctor Thous, que es médico forense, trató este tema en una conferencia que dio en la Academia Canaria de Seguridad, en la que hizo mención a que en el año 2003 Cáritas de Madrid publicó un estudio que daba cuenta de que casi el 75 por ciento de las personas sin hogar padecía trastornos mentales o problemas graves por consumo de alcohol y de drogas, datos con los que no cuenta Canarias y dan lugar a la falta de asistencia a los afectados.

Por determinarlo la ONU en 1991, España debe disponer de una normativa específica para el traslado de personas por trastorno mental. Y muchas de estas personas podrían mejorar su salud mental si recibieran la asistencia debida, pero, por efectos de su enfermedad, estas personas carecen de facultades para conocer el mal que padecen, de ahí la necesidad de una asistencia que necesitan y no piden, por lo que el registro de afectados es fundamental y puede curar a muchos.

Esta advertencia positiva la hace un médico que ya no ejerce en el Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz, aunque sí de forense, y solo a la preocupación de este galeno hay que agradecer que un tema como el tratado en la citada conferencia pueda atender y curar a enfermos a los que, hasta ahora, no se podía atender por falta de una relación que los responsables sanitarios del Gobierno de Canarias no se preocupan en confeccionar.

Ya fuera del importante tema, está la burla cachondeística de los de siempre, los cuales opinan que, con lo revuelta y lo irregular que está la política canaria, junto a la incapacidad de los que mandan, es lógico que no existan ni los registros de enfermos mentales ni otras cosas fundamentales y necesarias, porque el archivo que ha de contener esa relación de trastornados mentales tenía que ser una torre tipo rascacielos.