Se está realizando la segunda fase de la remodelación de la calle Mequinez, en el Puerto de la Cruz, financiada por la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias, con un importe de 757.671 euros. Gesplan lleva la dirección facultativa y la prestigiosa arquitecta Cristina González Vázquez de Parga, autora del proyecto, la dirección técnica de la obra.

Quiero testimoniar mi admiración hacia esta arquitecta, una de las técnicas de mayor sensibilidad y buen gusto que he conocido en los cincuenta años que llevo de constructor. Pienso que si en Canarias hubiera muchas personas como Cristina nuestras islas serían diferentes.

La obra que se está ejecutando consta de una nueva red de aguas pluviales, redes secundarias de aguas residuales, abastecimiento, red de riego, canalizaciones eléctricas de baja y media tensión y alumbrado público. Los pavimentos son de piedra natural, siendo la parte de tráfico rodado de adoquines de diez centímetros de espesor. En total, la obra tiene una superficie de 2.370 m2, de los cuales 1.350 son de calzada para la circulación de automóviles y el resto, casi el cincuenta por ciento, para aceras y zonas verdes, donde son protagonistas las palmeras reales.

El proyecto original tenía previsto, aproximadamente, quince aparcamientos, pero mi gran sorpresa y satisfacción ha sido la reacción de los vecinos, pidiendo que se quiten los aparcamientos para poner palmeras en su lugar, demostrando un alto grado de sensibilidad y amor al entorno en que viven. Se consigue con estos criterios que más del cincuenta por ciento de esta calle sea para el peatón, que es mucho más importante que el coche.

Mi más sincera felicitación a los vecinos de la calle Mequinez por esta actuación, que sin duda mejorará su lugar de residencia, deseando que cunda el ejemplo y lleguemos a tomar conciencia de lo importante que es para una isla que vive del turismo conservar y mejorar la belleza que siempre ha tenido.

Para terminar, un servidor y mi empresa pedimos disculpas a todos los vecinos por las molestias que hayamos podido causarles a lo largo del tiempo que empleamos en este trabajo.

Jesús Fernández Gutiérrez

El derroche no tiene freno

Los ejemplos de derroche que nos dan, un día sí y el otro también, los políticos que tenemos en España, no tienen freno, aunque estemos atravesando la crisis más aguda. No tienen conciencia del dinero que despilfarran porque les falta espíritu democrático y porque no han asimilado el papel de servidores, de administradores.

Recuerdo que durante la dictadura alguna vez oímos a los simpatizantes del régimen decir que España no estaba preparada para una democracia. Hoy estoy sospechando, ante la situación actual, que quizá no fueran tan descaminados los que pensaban de esa manera, porque a la clase política que nos ha tocado soportar le viene muy largo el traje de la democracia. No han entendido su papel en esta comedia.

En estos días, el senado ha mandado, no sé a que informáticos, a que le confeccionen una página web, hasta ahí me parece bien. Lo que no es de recibo es que en esa paginita se hayan gastado la friolera de 500.000 €, 83 millones de pesetas, esto es un derroche que no tiene nombre. Los técnicos entendidos en la materia afirman que nunca debería haber sobrepasado los 100.000 €, pero que lo normal es que su precio final fuera de 50.000.

Otra florecilla. En sus presupuestos hay una partida de 300.000 € para traductores, para traducirle a sus señorías, que hablan todos castellano, las intervenciones en otros idiomas, como catalán, vasco, gallego, parece que en lugar de ir sus señorías a tratar temas serios se dedican a jugar al esconder lingüístico. Si esos 300.000 € los tuvieran que poner de sus bolsillos, otro gallo cantaría, pero como son del contribuyente, pues a derrochar, que tiramos con pólvora del rey.

Juan Rosales Jurado

(Los Realejos)