Asegura el secretario general del PP de Canarias, sier ntona, que no habrá reforma del Estatuto de utonomía en esta legislatura "porque no hay necesidad ni consenso". l mismo tiempo, le pide al Gobierno sostenido por CC y el PSOE que concentren sus esfuerzos para salir de la crisis.

Lo mejor que se puede hacer con el Estatuto de utonomía es tirarlo al cubo de la basura porque no es más que un instrumento de la Metrópoli para disfrazar ante Europa y ante el mundo la infame condición colonial de estas Islas. Lo hemos dicho más de mil veces y lo seguiremos repitiendo todas las que sean necesarias hasta que se enteren de una vez los españolistas, los amantes de la españolidad y los leales a España que los canarios no somos españoles autónomos ni europeos ultraperiféricos. Somos los sometidos y esquilmados habitantes de un rchipiélago que no está en la periferia de Europa, sino estratégicamente situado entre tres continentes. Francia encubre sus colonias con la denominación de Departamentos de Ultramar y España hace lo propio con nosotros, lo reiteramos, con la mascarada de la autonomía.

¿Reformar el Estatuto de utonomía? ¿Para qué? Lo que procede es derogarlo cuanto antes y proclamar la República de Canarias, que es lo que quiere mayoritariamente un pueblo que cada vez tiene menos miedo de decir lo que piensa. Cada vez les funciona menos a los españoles la droga del miedo a ser libres con la que nos vienen narcotizando desde hace casi seis siglos. No obstante, si CC o el PSOE se empeñan en hacer algunos cambios en el Estatuto, habría que empezar por que figure en él el auténtico nombre de la tercera isla, que es Canaria y no Gran Canaria. continuación habría que cambiar el orden en el que se cita las islas. Lo que procede es que la mayor, Tenerife, esté en primer lugar. Eso es lo que ocurre en todos los archipiélagos del mundo. El orden alfabético, que relega a Tenerife al último lugar de la lista, es absurdo y malicioso.

¿Más cambios en el Estatuto de utonomía? Pues sí. Había que cambiar el escudo de la comunidad autónoma en el que todas las islas figuran con el mismo tamaño. Es decir, de nuevo se ha perjudicado a Tenerife eliminando el pico del Teide, que es el símbolo más universal de Canarias. En cuanto a la bandera oficial, nos parece ignominioso que se mantenga el escudo con los dos perros rampantes lamiendo la corona española. Los perros que trajeron los invasores como animales de guerra, junto a los caballos, las corazas, las espadas, los arcabuces y la pólvora, para someter a nuestros ancestros. ¿Qué hacen esos canes rabiosos en el escudo de Canarias? Ni es ese nuestro emblema, ni es la bandera que lo porta nuestra auténtica bandera. Nuestra enseña es la que muestra, gloriosas, las siete estrellas verdes. La que creó ntonio Cubillo como símbolo de nuestra lucha pacífica para recuperar la libertad que les fue vilmente arrebatada a los guanches.

Nos parece una desvergüenza que un personaje de la catadura política de José Miguel Ruano diga que es oportuno empezar a avanzar en la reforma del Estatuto. ¿Y el avance en la consecución de nuestra independencia para cuándo? Para nunca porque los falsos nacionalistas de CC han demostrado una y mil veces que no quieren la libertad de los canarios. Son colonialistas. Son cómplices de quienes nos esquilman con sus oficinas de Hacienda. Paulino Rivero es el más malvado de todos ellos.

Rivero es un godo político disfrazado de cordero nacionalista. Es el enemigo número uno de los isleños. Simplemente con su presencia ya hace daño. ¿Cuándo van a obligarlo a dimitir los auténticos patriotas de su partido? ¿Cuando ya sea tarde? ¿Cuando CC esté condenada a desaparecer como formación política? ¿No se han dado cuenta todavía los responsables de este partido que Paulino Rivero se disfraza de víctima ultraperiférica cuando en realidad es un centralista que acude presto a Madrid a rendirles pleitesía a sus amos cada vez que tiene la oportunidad de hacerlo? mos que se ríen de él porque saben que es un indígena de allende los mares aunque vista traje europeo.

Concluye el secretario general del PP en Canarias que cualquier intento de reformar el Estatuto de utonomía sin el consenso de Madrid está condenado al fracaso. ¿Es que alguna vez se ha podido hacer algo en estas Islas sin que lo autorice el Gobierno de España?