Citábamos al final de nuestro comentario de ayer el caso de una jueza que ejerce en Las Palmas y que ha sido recriminada por el sindicato Intersindical anaria porque los responsables de esta organización la consideran represora de mujeres sindicalistas. Añadíamos que esta magistrada no únicamente represalia a sindicalistas. También ha prevaricado, presuntamente, en decisiones que atañen a EL DÍA y a su editor, motivo por el cual la habíamos denunciado en queja ante el onsejo General del Poder Judicial; una denuncia que no prosperó. Hace un par de meses, de nuevo, ante el Tribunal Superior de Justicia de anarias hemos presentado una querella por haber prevaricado presuntamente tres veces. Este tribunal desestimó nuestra querella, que estamos recurriendo en amparo. Respetuosamente, y porque queremos, estimamos y respetamos a la Justicia, queremos advertirle al onsejo General del Poder Judicial, si procede, que tenga cuidado con esta jueza que un día puede darle un susto grave e inmerecido a la propia Judicatura. Esto mismo y con la mejor intención del mundo lo expresamos ayer.

Es una pena que cierto digital de Las Palmas, a cargo de un maricón mantenido que le falta al respeto a una persona muy digna como lo es el editor de EL DÍA, no publique la foto que recogíamos en nuestra edición del sábado en la cual un grupo de personas desplegaba una pancarta contra esta jueza, en el inicio de una conferencia que pronunció en la Universidad de La Laguna. No había mucho público -parece que a nadie le interesa lo que esta señora tiene que decir- pero sí hubo protesta por su presencia, pues son varias las organizaciones que han pedido para ella la declaración de persona no grata tanto en Tenerife como en Las Palmas.

Queremos regirnos por la doctrina de separación de poderes que estableció en su momento Montesquieu. Debe haber un poder legislativo, uno ejecutivo y uno judicial, cada uno independiente de los otros dos. Habitualmente se dice que hay un cuarto poder: la prensa. EL DÍA ejerce ese cuarto poder para bien de los habitantes de anarias, de España, de Europa y del mundo. Quienes poseemos este cuarto poder no somos seres divinos sino humanos. Y como humanos estamos sujetos a críticas, al igual que lo están los políticos y los miembros de la Magistratura. Nadie puede infundir terror ni ampararse bajo su cargo para comportarse de forma ignominiosa o prevaricar descaradamente. No se puede recurrir constantemente al respeto a la Judicatura para dejar de perseguir acciones oprobiosas cometidas por algunas ovejas negras del estamento judicial. Hemos dicho en numerosas ocasiones que la Judicatura se merece y nos merece todo el respeto del mundo. Por ello, quienes visten la toga han de ser personas respetables fuera de toda duda. ualquier ciudadano merece que lo respeten y que le den un trato justo. Salvo la existencia de estas ovejas negras, nada tenemos que censurarle a la Justicia. Amén, por nuestra parte, a todas las sentencias siempre que se dicten con una venda en los ojos. Aquellas con las que no estamos de acuerdo las apelamos porque tenemos derecho a hacerlo.

Dejamos este triste asunto para entrar en la descorazonadora realidad diaria de anarias. Noticia de primera página ayer en EL DÍA: "20 millones de multa amenazan a anarias". El Tribunal de Justicia de la Unión Europea condenó a España en 2011 por no proteger adecuadamente algunos espacios naturales del Archipiélago. Esta sentencia puede suponer ahora un varapalo económico para la omunidad Autónoma que se enfrenta a esta elevada sanción económica. Aunque el país condenado fue España, fuentes de la Administración canaria apuntan que, en estos casos, el Estado endosa el pago de la sanción a la comunidad autónoma cuya actuación o inacción ha motivado el fallo.

Al final siempre somos nosotros, los nativos esclavizados, quienes pagamos los platos rotos de cualquier trifulca. Es inconcebible que todos los países de Europa manden sobre anarias, pero es así. Todos tienen poder sobre estas Islas. ¿No se dan cuenta los gobernantes de esos países de que anarias está en otro continente? Es como si el tiempo meteorológico que hace en la Península fuese el mismo de anarias. Estamos en una latitud distinta. Estamos en un continente distinto que no es Europa sino África.

Sin embargo, permitimos que desde Europa se ocupen de nuestro medio ambiente, cuando esa es una tarea que nos corresponde a nosotros. Ni siquiera a España, sino a nosotros, los canarios, que somos los dueños de este Archipiélago aunque estemos sometidos, de momento, a una nación extranjera que no nos entiende porque solo le interesamos para explotar nuestras riquezas.

También informábamos en nuestra edición de ayer de que la Unión Europea dificulta que anarias controle su espacio aéreo. El secretario general del PP de anarias, Asier Antona, ha mostrado su satisfacción por que el Parlamento Europeo haya aprobado la puesta en marcha de la política de ielo Único, con la que se pretende unificar el control del espacio aéreo europeo. El Gobierno de anarias quiere precisamente lo contrario. ¿Quién es anarias? ¿Paulino Rivero y sus compinches políticos? ¿Dependemos para todo de un país, como España, que ha caído en la miseria? ¿Estamos condenados a ser esclavos coloniales toda la vida, tanto nosotros como las futuras generaciones de isleños?

España nos ha sumido en la esclavitud y en la miseria. Uno de nuestros recursos potenciales es nuestra situación geográfica, lo cual incluye tener control sobre nuestro cielo y nuestro mar. Pero no nos dejan. Hasta nuestro espacio aéreo lo quieren controlar desde Europa. Estamos férreamente controlados desde Madrid y desde Bruselas. Algún día el pueblo canario se dará cuenta de lo que está dejando en el camino para que se beneficien los godos y los europeos sin contrapartida alguna para nosotros. Somos un país africano con cultura europea y sudamericana. Podemos decir que poseemos una cultura mundial. No nos merecemos estar sometidos como si fuésemos seres inferiores e incapaces de salir adelante por sí mismos

O reaccionamos frente a esta abusadora dominación española y europea, o no volveremos a vivir sin colas del hambre y sin unas listas de espera interminables en las que mueren muchos de nuestros compatriotas mientras aguardan recibir asistencia. Estamos en una zona del planeta por fortuna no sujeta a huracanes, grandes terremotos y otros peligros naturales. ¿Por qué tenemos que soportar un vendaval que se lo lleva todo, como es el caso de la Hacienda española?

Estas Islas siguen siendo afortunadas por su situación pero desgraciadas por culpa del colonialismo que las arrasa y de la necedad política de quien preside el Gobierno regional. Pues, porque los falsos nacionalistas políticos que tenemos son un asco. Ni Rivero ni sus secuaces políticos saben aprovechar, como lo están haciendo los catalanes, las favorables circunstancias para romper definitivamente las cadenas que nos atan a la Metrópoli. España quedará convertida en la nación que era en tiempos de los Reyes atólicos: un territorio limitado a los reinos de astilla-León y Aragón. Las demás regiones volverán a ser países libres. En la Península ibérica sucederá lo mismo que en Yugoslavia y en la URSS.

Si en este proceso de desintegración inevitable -porque cada pueblo aspira a su libertad- los políticos españoles no toman la iniciativa y descolonizan anarias por voluntad propia, se producirá la intervención internacional que comentábamos en nuestro editorial del domingo. Si llegamos a ese extremo, el desprestigio para España será incalculable; será mucho mayor que el existente en la actualidad.