Como también la solidaridad bien entendida empieza -y acaba- por uno mismo, el presidente del abildo de Lanzarote se alegra de que no se haya encontrado petróleo de calidad en aguas de Marruecos porque eso reduce las expectativas de que puedan hallarse los hidrocarburos que pretende buscar Repsol cerca de anarias. Maravilloso.

"España padece una alta dependencia tanto de los hidrocarburos problemáticos (petróleo y gas) como de su importación", transcribo textualmente de un informe del Real Instituto Elcano. "Por lo tanto, la economía española es bastante vulnerable a los volátiles cambios en los precios internacionales del petróleo y del gas. Geográficamente, esta dependencia se concentra en países no totalmente fiables en sus suministros o en sus políticas. Las perspectivas para el futuro sugieren que el escenario energético se complicará más a medio y largo plazo".

Esa "alta dependencia" de la que habla dicho informe suponía que en 1980 el 73% de la energía que se consumía en España estaba generada por el petróleo. Afortunadamente, en 2009 la dependencia del crudo se había reducido al 48,8% gracias a la incorporación de energías renovables. ifras, en cualquier caso, que atañen a todo el país. Por lo que respecta a anarias, la dependencia del petróleo alcanzaba nada menos que el 99,4% en el año 2011. En ese momento el Gobierno regional anunció que tan alarmante guarismo se reduciría al 72% en 2015. Para ello se incrementaría la aportación de las energías renovables a la generación de electricidad de forma que se consiguiese, como mínimo, un 6% de autoabastecimiento. Ya en ese momento más de uno le advirtió al Ejecutivo autonómico lo muy pretencioso que resultaba su afán, habida cuenta de que suponía multiplicar por más de siete la potencia eólica instalada y por más de ocho la solar térmica. Huelga añadir que poco o nada de eso se ha conseguido. Salvo que se haga todo en los nueve meses que faltan hasta 2015, estamos ante otro fiasco; o ante otra falsa promesa del paulinato para engañar a bobos, si preferimos llamar a las cosas por su nombre.

Ojalá pudiésemos quitarnos de encima la supeditación al petróleo, pero de momento no va a ser así. No obstante, lo que es una mala noticia para todo el país, y mucho más para anarias, supone motivo de júbilo para un político oportunista como lo es el presidente de la orporación insular conejera. Todo ello con la sacrosanta disculpa de que el turismo no se toca. ¿En qué llegan los turistas a Lanzarote, en barcos de vela o en aviones que consumen keroseno? ¿Y qué agua utilizan cuando están en esa isla, la que cae del cielo o la que se potabiliza consumiendo electricidad que se ha generado con petróleo?

laro que hay riesgos. Los propios aviones a veces se estrellan o desaparecen en pleno vuelo, pero no por eso la gente deja de usarlos, como tampoco deja de utilizar los coches. Y menos mal, porque en caso contrario no creo que a estas Islas viniesen más de diez millones de guiris cada año. Los riesgos se asumen con las máximas protecciones y asegurándose todo cuanto sea posible porque eliminarlos de manera absoluta es, simplemente, imposible.

Sin embargo, como no estamos ante un foro de razonamientos serios sino ante unos ejercicios de demagogia que dan asco, sobra cualquier reflexión al respecto.

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