El Club Deportivo Tenerife está más cerca de abajo que de arriba. Nada que ver con la pasada temporada, cuando llegamos a ser terceros en la liga, cuando en verano nos vendieron un proyecto ambicioso, liderado por Álvaro Cervera, que entonces acaparó todo el poder, pero que ahora, las vueltas de la vida, acapara todas las críticas.

El tiempo suele poner las cosas en su sitio, y a los entrenadores también. Hoy casi todo el mundo sabe (tal vez Cervera sea el único que no ha caído), que no es el entrenador que el Tenerife necesita. Se vio el pasado fin de semana cuando el Heliodoro le dio un rotundo "no".

El estilo que exhibe el equipo bajo la batuta de este técnico está muy lejos de lo que la afición reclama. Pero además tampoco sus formas y su discurso son los más convenientes para un club que debe destilar ambición, no conformismo.

La actitud de Cervera ha ahuyentado de forma preocupante a la grada, del campo. Aficionados de toda la vida dicen que no volverán al fútbol mientras este entrenador siga. Reclaman un cambio, una transformación ya. El Tenerife es muy importante en la isla como para no dar esta imagen de apatía. El público vacía el Heliodoro, y mientras tanto el equipo ratifica al hombre que espanta al aficionado. Preocupante, muy preocupante.

@sdnegrin