Ahora que, tanto a nivel estatal como autonómico, las aguas de la política parecen haber vuelto a su cauce, es bueno que los principales actores de esta no siempre valorada actividad dediquen sus mayores esfuerzos a buscar soluciones a los problemas que afectan a sus representados, pues no deben olvidar que han sido elegidos fundamentalmente para eso. Para lograr dicho objetivo, es primordial el diálogo y el consenso. Teniendo en cuenta la actual configuración del Congreso de los Diputados, no queda otro camino. También en las Islas, después de un convulso inicio del curso político, tras el periodo estival, ha llegado la hora de dejar a un lado las batallas estériles que solo sirven para distraer a los responsables públicos de su cometido capital. En estos momentos, el Gobierno central negocia con las distintas fuerzas políticas la elaboración de unos presupuestos en los que Canarias no puede salir perjudicada. La actual coyuntura es propicia para intentar recuperar lo perdido en los últimos años por la crisis. Eso sí, siempre y cuando prime la unidad de acción de los canarios y el sentido común. La discreta reunión que esta semana mantuvo en Madrid el presidente del Ejecutivo canario, Fernando Clavijo, con la vicepresidenta del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría, lleva a pensar que el camino elegido es el acertado, aunque todavía es pronto para valorar si ambas partes han interpretado bien qué están demandando los ciudadanos.

Duele aún en la retina de los tinerfeños las imágenes que se pudieron observar en el aeropuerto de Los Rodeos con motivo de la última tormenta registrada en Canarias. Quizás si alguno dudaba de que las infraestructuras de esta isla no pasan por su mejor momento, las tremendas goteras de la terminal del aeródromo del Norte de Tenerife han servido para demostrar la necesidad por el celo en la recepción de las obras y en su mantenimiento. Si en cualquier obra pública es necesario que el gestor mire el euro que viene de las arcas públicas como propio, se hace más necesario en estas zonas tan frecuentadas por los turistas mimar la imagen que da la Isla. No solo son precisas las obras faraónicas de tiempos ya pretéritos, sino mantener los atractivos naturales y aquellos que se han incorporado en la geografía insular como un reclamo más.

La semana que toca hoy a su fin deja tres ejemplos que evidencian la necesidad de ser escrupulosos, políticos o no, en la gestión de los recursos. A veces no hacen falta inversiones deslumbrantes para sacar una más y mejor rentabilidad a los medios. Recordarán los lectores la información del robo de alimentos que había donado Europa para los más desfavorecidos de Santa Cruz, que parece ya el colmo: robar a los pobres. Tampoco queremos pasar por alto situaciones que no se pueden quedar en la anécdota, como el caso de una mujer que sufrió un ictus en Santa Cruz de La Palma y tuvo que esperar dos horas por una ambulancia, o la carencia de recursos informáticos para los guardias civiles que se forman en las nuevas aplicaciones que pondrá en marcha la Dirección General de Tráfico. Son tres ejemplos que evidencian la necesidad de actuar con cordura.