La Refinería de la capital tinerfeña se estableció en origen a lo que antaño se consideró como la salida sur de la ciudad, en una zona localizada en su perímetro exterior. Sin embargo, la expansión edificatoria y el desarrollo urbanístico han llevado consigo que esta infraestructura industrial se haya ido quedando inmersa en el núcleo urbano consolidado.

Ya es evidente la incertidumbre creada sobre la aplicación de los requisitos demandados por el Plan de Calidad del Aire aprobado por el Gobierno de Canarias, generándose dudas sobre que los mismos puedan ser satisfactoriamente implantados, debido a que los componentes medioambientales imprimidos por esta industria hacen inviable un entorno saludable con índices adecuados. Este plan determina que la Refinería deberá plantearse llevar a cabo una reducción de sus emisiones de dióxido de azufre al menos en un 30%. La compañía deberá garantizar el cumplimiento de los valores límite de calidad del aire en toda el área de influencia de la instalación y la adopción de acciones eficaces encaminadas a reducir las emisiones contaminantes en situaciones desfavorables.

El refinado de petróleo se encuentra en la actualidad prácticamente sin actividad y, según se ha reconocido en varios medios, no tiene previsto recuperarse ni a corto ni a medio plazo.

Aunque la Refinería ha recurrido el plan medioambiental referido y ha solicitado su suspensión, circunstancia que podría ubicarse en la posibilidad de su reactivación industrial, se intuye, como mejor opción, la certeza de que la fábrica se reconvierta solo en un almacén de distribución. Esto llevaría consigo que la superficie actualmente ocupada contaría con un exceso funcional de sus tres cuartas partes.

El parque Nuevo Santa Cruz responde a la voluntad expresa de recuperar esta importante franja de terreno para el uso ciudadano, consiguiendo así, además, la eliminación de la contaminación que del subsuelo y del aire actualmente genera esta industria, dando la posibilidad de creación y consolidación de un nuevo pulmón para Santa Cruz.

Teniendo en cuenta su situación y su condición de hito visual privilegiado desde la zona más nueva de la ciudad, se propone la potenciación de la calidad paisajista del lugar, acercando la ciudad al mar y ofreciendo una oferta altamente cualificada para el turismo, los servicios, el comercio y el empleo. Todo esto en un contexto energéticamente sostenible.

La propuesta plantea cuatro grandes áreas: residencial turístico-comercial, deportivo-recreativo, asistencial-bienestar y servicios náuticos y de playa, articuladas por un recorrido peatonal, vertebrador de las áreas de esparcimiento común con amplias zonas dotacionales de aparcamiento en superficie y en altura.

Desde los accesos al parque se trasmite la conexión adecuada hacia la zona residencial turístico-comercial, de unos 59.814 m2, y la de equipamiento deportivo-recreativo, de 58.342 m2, en la que se proponen zonas de picnic, un estadio con capacidad para 30.000 espectadores, canchas de basket, tenis, balonmano y fútbol sala al aire libre. El paseo peatonal articulador consta además de un sugerente recorrido gastronómico que rodea las láminas de agua, a cuyo regazo se generan terrazas de estancia para comer o relacionarse al aire libre.

Además de la zona deportiva, se propone también la consolidación de un campo de golf ejecutivo de nueve hoyos, con superficie de 117.465 m2, en el que se contaría con zona de prácticas y casa club. Este equipo deportivo se establecería como hito visual perimetralmente delimitado por un carril bici y "running", que aportará la posibilidad de contemplación y disfrute del paisaje costero.

En la zona baja de contacto marítimo, se propone la consolidación 85.333 m2 de equipamiento de ocio y playa, complementado por una piscina natural y un muelle deportivo con varadero y servicios náuticos.

Como principal elemento de ocio y espectáculo, se propone, aprovechando los desniveles existentes en primera línea, la creación de un anfiteatro-auditorio orientado visualmente hacia el mar con capacidad para 4.500 personas.

La zona de tratamiento asistencial-bienestar, con unos 58.163 m2, se genera con la vocación de recorrido de salud vertebrado mediante módulos especializados, en los que podrán establecerse las técnicas más vanguardistas implantadas en este tipo de equipamientos.

En definitiva, la idea aquí propuesta se genera con vocación de aportar a la ciudad de Santa Cruz de Tenerife la posibilidad de creación de un parque metropolitano que dé salida urbanística y medioambiental a una zona actualmente infrautilizada e industrialmente obsoleta.