Un joven toca el piano en la estación de tren parisina de Austerlitz. Al momento, en la imagen aparece otro chico, se detiene a su lado, lo observa un instante y se le une en una actuación imprevista para construir entre los dos una melodía hermosa y asombrosamente bien sincronizada. Ocurrió en el verano de 2013, aunque el vídeo que recoge la escena no fue subido a Internet hasta 2015 y ya es famosísimo. Quizás lo hayas visto. Al parecer, desde que fue colgado en la Fanpage del actor que interpreta a Sheldon Cooper -el personaje de la serie "The Big Bang Theory"- se hizo viral. Acabo de volver a verlo en YouTube para añadir el dato aquí y supera los veintitrés millones de reproducciones.

He leído que a la compañía nacional de ferrocarriles de Francia se le ocurrió instalar pianos en algunas estaciones a disposición de quien quiera -y sepa- tocarlos. ¡Son pianos públicos! Iniciativa reproducida en otros lugares del mundo. Así que entre el ruido, el bullicio y el eco de la megafonía de la estación se cuela el sonido delicado del piano que esta vez están tocando estos dos chicos que no se conocen. En la prensa aseguran que fue un espectáculo de improvisación en toda regla. "Apenas se miran". Se hacen espacio en el teclado y -por momentos con una mano, por momentos con dos- concentrados y con desparpajo interpretan "Una Mattina de Ludovico Einaudi" (una pieza popular por la fantástica película "Intocable"). Una música sutil que va ganando intensidad y que acaba en un inevitable estallido de aplausos entre un montón de viajeros que se muestran sorprendidos o absortos, o las dos cosas.

El músico de los primeros acordes se llama Gerard y fue su novia quien grabó este instante. Nassim es el otro espontáneo. Hasta que el vídeo no se ha hecho viral no han cruzado palabra. En "A vivir" de la Cadena Ser, Gerard explicó que hasta ese momento no habían tenido ningún contacto -ahora han hablado por Facebook- y que durante los siete minutos que interpretan al piano no habían preparado "absolutamente nada". En ese tiempo, entre estos dos chavales que no hablan el mismo idioma no hubo más lengua que la música. Eso les bastó para entenderse, incluso para sincronizarse.

Donde quiera que encuentro información sobre esta historia se subraya el valor de la música como lenguaje universal. A mí lo que me llama la atención es esa forma de chocar los cinco cuando acaban la pieza. O esa falta de glotonería por acaparar las teclas. Lo que yo destaco es la manera de cederse el espacio, de hacerse hueco para tocar juntos el piano. Ese "nosotros", eso que hicieron posible dos desconocidos con los oídos y la generosidad bien afinados.

En "El arte de lo posible", la pintora Rosamund Stone y el director de la Orquesta Filarmónica de Boston, Benjamín Zander, explican desde su óptica de artistas el concepto "nosotros". Un libro que he rescatado a cuenta de esta estupenda interpretación a cuatro manos. "Nosotros" -dicen- "es una historia de relaciones, que no de individuos, de gestos, de formas de comunicación y de movimientos. "Nosotros" habla de los espacios compartidos entre dos (...) es una entidad viva y un proceso de desarrollo en ciernes. Este nuevo ser -continúan- aparece siempre y cuando lo busquemos, ya sea en la entidad vital de nuestra empresa, nuestra comunidad o de un grupo de dos. Entonces, la entidad llamada "nosotros", surgirá para cobrar vida propia".

Y para oxigenarnos -añadiría yo-, para esperanzarnos. Para entusiasmarnos cuando las personas entrelazan sus talentos donde quiera que sea, y nos sosiegan y nos alientan con algo de armonía entre tanto ruido cotidiano.

@rociocelisr