Aunque la situación que sufre nuestro planeta ha sido abordada desde hace muchos años por los grupos ecologistas, me atrevería a decir que el aldabonazo concienciador lo dio hace algún tiempo Al Gore, exvicepresidente de los EEUU. Tras abandonar su cargo Gore -como nuestro don Quijote- emprendió una campaña -que llevó a muchos países del mundo- con la idea de hacernos ver a todos el fin que esperaba a la humanidad si no se tomaban de manera inmediata medidas que protegiesen el medioambiente. Su prestigio internacional le abrió infinidad de puertas, casi siempre cerradas a los grupos ya mencionados, de tal forma que en 2006 el prestigioso director David Guggenheim filmó un extraordinario documental, "Una verdad incómoda", que pronto se proyectó en todos los países civilizados y fue merecedor de diversos premios, entre ellos el Oscar al mejor documental. En él se detallaban con hiriente insistencia los aspectos negativos que el progreso industrial, el desbordado consumismo y nuestra negligencia estaban causando a nuestro planeta.

Muchas naciones se consideraron entonces señaladas por el dedo y adoptaron medidas legales para restringir, por ejemplo, el uso de los plásticos. Sin embargo, las consecuencias de esta prohibición no han sido las esperadas -sin ir más lejos, en el Atlántico norte flota una "isla de plástico" con una superficie equivalente a tres veces la de España-, ya que la actividad industrial no ha parado de crecer, sin que sirvan para muy poco los congresos y reuniones de todo tipo que periódicamente se convocan patrocinados por organismos de carácter internacional.

Esta situación es la que posiblemente ha llevado a la Paramount a distribuir un nuevo documental, poniendo al frente en esta ocasión a dos profesionales de prestigio como son Benni Cohen y Jon Shenk. Se estrenó elpasado 28 de julio y se titula "An inconvenient sequel: Truth to power", y tiene la pretensión de familiarizarnos con todo lo que se ha conseguido en los diez años transcurridos. Por referencias, parece que el resultado no ha sido tan impactante como el anterior, pues, habida cuenta de lo que uno ve a diestro y siniestro, la gente no cree ya en las rimbombantes declaraciones de los más importantes líderes políticos. Estos no cesan de glosar lo que han logrado en sus respectivos países, pero son mucho más impactantes las imágenes que nos ofrece internet: petroleros que limpian sus tanques en alta mar, vertederos de basura incontrolados en zonas cercanas a las ciudades, contaminación atmosférica debido al CO2 que emiten las industrias? Esta es la verdadera realidad, no las edulcoradas imágenes que a veces nos ofrecen los organismos gubernamentales.

Ahora, por si fuera poco, según leo en EL DÍA del pasado dos de agosto, a esa fecha se había agotado el "presupuesto ecológico anual", es decir, los recursos naturales con que cuenta el planeta para sobrevivir; igual a lo que ocurre en los polos, donde cada día que pasa hay menos hielo, consumimos más que lo que producimos. Y eso -perdónenme el chiste macabro- que hay en el mundo mucha gente que no come? En ese sentido, el WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), organismo dependiente de la ONU, aprovechó hace poco la celebración del Día de la Sobrecapacidad de la Tierra para alertarnos sobre la creciente presión que se ejerce sobre la naturaleza y sus recursos, pero me da la impresión de que poco se consigue con todo ello. La gente, todos nosotros, vive el día a día, paga sus impuestos, y considera que "lo demás" es una tarea que corresponde a los políticos, que para eso cobran?