Los más viejos del lugar recordarán aquellos anuncios de hace muuuuchos años en donde se ofertaba un determinado trabajo y se añadía la coletilla "abstenerse los licenciados por la Universidad de La Laguna". Nuestro centro universitario, hoy prestigioso, cargaba con el estigma de ser lo peor de lo peor.

En el viejo Insalud (Instituto Nacional de la Salud) el hospital de La Candelaria venía a ser lo mismo. Hablar del centro hospitalario tinerfeño era mencionar la bicha, desde el punto de vista de la calidad médica. Andado el tiempo, La Candelaria se ha convertido en un hospital de primer nivel con especialidades en las que trabajan los mejores profesionales en su campo.

El Hospital Universitario de Canarias pertenecía al Cabildo de Tenerife y durante años fue "la joya de la corona" de esta isla. Su cuadro médico, plagado de catedráticos de la ULL, y su personal sanitario se consideraban al máximo nivel. Pero luego se produjo la integración en el Servicio Canario de Salud, que ya gestionaba los hospitales de la red estatal. Para muchos médicos del Universitario sigue siendo "un apestado" para las autoridades sanitarias canarias: los primeros a los que afectan los recortes y los últimos en recibir respuesta a sus demandas.

En el HUC se dan anomalías realmente curiosas. Es -que yo sepa- el único centro hospitalario donde el personal tiene que fichar electrónicamente al entrar y al salir. El dato es revelador porque demuestra que se les aplican exigencias que no se dan en otros centros sanitarios. Pero además causa paradojas. Si un equipo está operando en un quirófano de tarde y la intervención se alarga inesperadamente sobre las previsiones (trabajar en el cuerpo humano tiene mucho de imprevisible), los profesionales están obligados a seguir más allá de su horario, porque no van a dejar al paciente sobre la mesa. Esas horas no se las reconocerá nadie. Pero si la intervención va mejor de lo esperado y terminan antes de tiempo, tendrán que ponerse a jugar a los chinos o a charlar sobre la independencia de Cataluña, porque tienen que esperar a que sea la hora de fichar para poderse marchar a casa. Aunque suene como un disparate, es así.

Cuando se le adjudicó la cobertura de la zona norte de la isla, los recursos que se dieron al HUC fueron insuficientes y no se han actualizado. El ratio de personal por paciente sigue estando extremadamente bajo si lo comparamos con otros centros sanitarios de las Islas, que triplican la dotación de profesionales disponibles.

¿Qué políticos se han ocupado de defender al HUC en esta isla? Nadie. Parece que no va con ellos. Tener dos hospitales a menos de un kilómetro de distancia el uno del otro merecería figurar en los anales de la antología del disparate. Es duplicar servicios y recursos que podrían concentrarse en un gran complejo hospitalario. Gran Canaria con el Negrín dio un salto de gigante. Aquí seguimos con la pelea de enanos. Y al HUC quieren hacerlo lo más pequeño posible.