La semana que hoy termina comenzó con el posicionamiento de la Federación Provincial de Empresarios de la Construcción (Fepeco) a favor de la circunvalación como "la única solución para acabar con las colas" en las dos autopistas de Tenerife, con especial incidencia a su paso por La Laguna. El director insular de Movilidad del Cabildo, Miguel Becerra, considera que es viable: "En el futuro también se tendrá que hacer", apostilló, tomando en consideración las experiencias similares de las capitales de Gran Canaria, La Palma, Lanzarote y Fuerteventura. Pero mientras en otros territorios insulares la circunvalación es una realidad, en el área metropolitana Santa-Cruz Laguna "todavía nos seguimos oponiendo", apostilló Becerra. El responsable de Fomento admitió que la alternativa que rescata Fepeco sería "una solución que ayudaría a evitar las colas", y hasta planteó un acuerdo entre Corporación insular y Gobierno canario. Días después, el presidente del Cabildo, Carlos Alonso, se decantó por centrar los esfuerzos en las obras planificadas para intentar desbloquear la autopista del Norte y postergar la circunvalación a los próximos cuatro o cinco años, para corporaciones insulares venideras. Becerra recuerda que el PIOT hizo un plan territorial para sacar adelante la circunvalación, convertida desde entonces más en un recurso para el debate que en realidad. Mientras en Tenerife se está inmerso en los pros y contras, esta misma semana en Gran Canaria se anunciaba que ¡la cuarta fase! de la circunvalación de Las Palmas finalizará antes del 31 de diciembre. Y, además, que esta fase concluye un año antes de lo previsto. Dos velocidades y dos formas de hacer las cosas, siendo responsabilidad del mismo consejero de Obras Públicas en ambos casos.

Abrir los establecimientos comerciales en Santa Cruz los domingos también es otro de los asuntos recurrentes, sin caer en la cuenta de la necesidad de pasar de las palabras a las obras. Gracias a las iniciativas que abandera una vez al mes el ayuntamiento capitalino, la ciudad se convierte en reclamo. Es una fina lluvia que poco a poco cala, pero la capital precisa un nuevo impulso para consolidar su dinamización no solo una vez cada 30 días, sino hasta afianzarse como referente los siete días de la semana. Eso pasa por un plan como el que en su día planteó el concejal de la Sociedad de Desarrollo, Alfonso Cabello, y que quedó en barbecho. Tal vez ha llegado la oportunidad.

Es difícil sustraerse al "desafío catalán". La sucesión de los acontecimientos desde el referéndum del 1 de octubre es digna de un guion para una telenovela del disparate: un "president" huido a Bruselas con parte de su gobierno, su vicepresidente y el resto del ejecutivo en la cárcel, el jefe de los Mossos "amargado" en prisión por los "insultos" del resto de reclusos que le cantan el "¡Viva España!" a su paso y la presidenta del Parlamento que le dice a la autoridad judicial cuando la llaman a capítulo que su apoyo a la independencia era "de mentirijillas". Solo faltó que le hubieran impuesto, en vez de 150.000 euros, 155.000 de fianza para eludir la prisión. De risa por no llorar.