Se ha terminado 2017, sin pena ni gloria, con el problema catalán de dividir al menos en dos esa entrañable región española. Y sin soluciones claras a la vista, las últimas elecciones celebradas el 21 de diciembre pasado dieron la mayoría injustamente a los llamados independentistas, ya que por disposiciones propias les dan más escaños a ciertas provincias y pueblos, pues la mayoría de votos correspondió a los que quieren continuar formando parte de España, dentro de Europa, que los que quieren separarse de España y formar una república, pero eso sí, continuar formando parte de Europa, beneficiándose de sus ventajas. La gran mayoría de los principales países europeos ha dicho que ese es un problema interno de España y apoyan sus resoluciones. Vamos a ver cuando se constituya su Parlamento si aceptan que Ciudadanos, partido constitucionalista que sacó más votos que nadie, presida el Parlamento e impida los dislates o barbaridades que aprobó el anterior, hasta la aplicación del denostado artículo 155 de la Constitución española, que sirvió, en principio al menos, para restablecer la convivencia e impedir la independencia de una región de un estado democrático por las bravas, sin tener motivos ni razones económicas, sino todo lo contrario.

Pienso que ya va siendo hora de reconsiderar "los derechos históricos" de catalanes y vascos, aprobados por la República, precisamente dos regiones que no habían sido reinos ni naciones independientes. Recordemos que en la Primera República Cartagena quería separarse de Murcia, ¿les suena?, y de la Segunda, de triste recuerdo en muchos aspectos, "nadie" quiere recordar que en aquella época mucha gente vivía en cuevas y andaba descalza, al menos en Canarias. Hubo que esperarse a la denostada época franquista para que el general García Escámez construyera barriadas, con sus escuelas, sus iglesias y sus servicios. La verdad es que no comprendo cómo en España hay quien prefiere la república a una monarquía, que nos ha traído orden y progreso ¡Somos una de las principales naciones europeas, la que más ha crecido últimamente! En mi opinión, gran parte de lo que está ocurriendo a todos los niveles de nuestra vida se lo debemos a la falta de educación y religiosidad progresiva que estamos teniendo, especialmente en los jóvenes; de gran parte del profesorado mejor no hablar. Las parroquias de la Iglesia católica en España están vacías, sobre todo de gente joven y niños, que no escuchan otra cosa que lo que les dicen en Internet, Facebook, o en Cataluña un profesorado politizado y radicalizado. El dominio de ciertas izquierdas radicalizadas también está colaborando a la situación actual.

Tristemente, a pesar de la mejora de la economía nacional, especialmente del turismo, existe todavía una gran pobreza. Mucha gente, familias, cobra sueldos de miseria o no cobra nada, mientras tanto los gobiernos gastan dinerales en obras muchas veces innecesarias que después no les sacan provecho. Pienso que en la situación actual los gobiernos tienen que legislar para crear empleo e invertir en obras necesarias, como terminar el anillo insular y poner en marcha definitivamente los hospitales del norte y del sur en Tenerife; es muy posible que con esto disminuyan el tráfico y los accidentes en las autopistas. Buscar siempre que las inversiones produzcan empleo y beneficios a la sociedad. Los inspectores de trabajo deberían comprobar que todos los asalariados están regularizados, pagan sus impuestos, para poder después reclamar, cobran un sueldo digno y tienen un horario autorizado y reglamentado. También crear infraestructuras que favorezcan al campo, muy perjudicado por la escasez de lluvia, y limpien el ambiente por falta de las mismas; así hay tantas enfermedades y duran tanto. En unas islas con muchas horas de sol, más que nadie, con un mar, y unas olas que nos rodean por todas partes, con nubes de donde puede sacarse agua ¡Hay que poder aprovechar todas estas ventajas!