Nada de atardeceres hermosos en idílicas playas. Nada de carnavales y música salsa. La cadena alemana WDR grabó un documental sobre Canarias en el que cuenta otras realidades de nuestras islas. "Canarias: islas de los desempleados" son tres cuartos de hora en los que nos dan un repaso en toda regla con algunas verdades evidentes y también con alguna demagogia.

El documental se presenta como una visión "sobre la otra cara del turismo de masas". Y pone el acento en el paro y en la baja calidad del empleo. "Hay trabajo por un salario barato, más de la mitad de los locales menores de veinticuatro años están desempleados. Los habitantes compiten con inmigrantes alemanes e ingleses, a quienes les gusta que los contraten como hablantes nativos para trabajos de guía turístico, instructor de buceo, recepcionista, empleado de una empresa de alquiler de automóviles o como gerente de hotel". Tal cual.

El laborioso trabajo documental se ocupa de oponer a las imágenes de turistas tomando el sol otras de gente rebuscando en los contenedores de basura. Por un lado los lujosos hoteles y por el otro casas que se están cayendo. La riqueza que convive con la miseria. Dos caras de una moneda que es fácil encontrar en Canarias. Y en Alemania.

Hay gente a la que le ha sentado como una patada y que considera que el documental está dirigido a perjudicar nuestra imagen como destino turístico. En este último caso sería un trabajo inútil porque el turismo padece cierta ceguera para la pobreza o no habría turismo en Egipto, Túnez o Turquía.

Pasando por alto algunas falsedades o exageraciones del reportaje, es difícil rebatir que sigamos teniendo las actuales tasas de paro y que sigamos importando mano de obra foránea. Es buscar fuera lo que ya tenemos en las Islas. Eso no pasa por casualidad. Ni tampoco que tengamos sueldos extremadamente bajos, trabajadores "low cost", como señala el documental de la cadena alemana. Y que estemos en los indicadores de pobreza de Europa por encima de las cifras de la media peninsular.

El turismo en las Islas es un motor poderoso que ha creado desarrollo y empleo. Eso es una verdad irrebatible. Otra es que todo eso lo ha hecho más hacia fuera que hacia dentro. Los capitales invirtieron en las Islas cuando nadie daba un duro por nosotros y gracias a ello hoy somos lo que somos. Las grandes cadenas y empresas apostaron y ganaron. Y nosotros también. Pero si hoy paseamos por el Sur es más fácil que veamos una pequeña tienda regentada por un extranjero que por uno del país. Eso no es normal. Ni es normal que haya tanto personal de fuera de las Islas trabajando por todos lados. O somos pobres de puro vicio o en nuestra tierra hay algo que está funcionando como el culo.