Gran parte de la comunidad científica se ha cabreado con el Cabildo de Gran Canaria por organizar una conferencia con una supuesta experta en autismo que atribuía el origen de ese trastorno a los efectos de las microondas que generan en el medio ambiente la utilización de las redes wifi o la telefonía móvil.

El famoso escritor Arthur C. Clarke decía que cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. Así que no se puede descartar tan alegremente que la presunta científica tenga un conocimiento avanzado para su tiempo y que sea verdad que nos estamos tostando las neuronas con tanto calentar el café con leche y preguntarle a Google quién era Arthur C. Clarke.

De hecho, esa teoría podría explicar perfectamente lo que está pasando en La Laguna. Que a tanta gente se le haya ido definitivamente la pinza podría ser una consecuencia de los perversos efectos de las transmisiones de radio entre los aviones de Binter y la torre de control de Los Rodeos. Para los amantes de la teoría de las conspiraciones, ahí está otra vez la figura de Rodolfo Núñez atacando la estabilidad municipal con un chorro de microondas capaz de trastornar al más pintado, aunque no sea Eduardo.

Desde el inicio de este mandato, La Laguna ha enviado claras señales de que estaba pasando algo raro. Fue elegir a José Alberto Díaz, el alcalde de Coalición, y es como si toda la oposición le hubiese entrado el mal de San Vito. El PSOE no ha hecho más que destrozarse entre sí y echar gente a la calle. Unidas Podemos se ha pasado los meses anunciando un día sí y otro también una moción de censura que nunca nadie ha terminado de creerse y ellos nunca han terminado de presentar. La escuálida y estólida representación de Ciudadanos, los lunes está con el alcalde, los jueves con la oposición. Y el PP de Antonio Alarcó es como el Antonio Alarcó del PP, un líder homérico condenado a una travesía municipal que es una maldición sin poder serlo.

A los restos del naufragio del poderoso socialismo tinerfeño, que flotaban en torno a Santiago Pérez, se han venido a sumar los de Javier Abreu. Y los efectos de ese nuevo desgarro han sido devastadores. Un concejal socialista al que le publican una frase machista de marca mayor para exponerle al escarnio público de los medios de comunicación y a un posterior acoso plenario. El secretario local del PSOE que toma posesión y le publican una condena recibida cuando tenía veinte años y la ingesta de cubatas en unos Carnavales le llevó a tomar por asalto el Parlamento de Canarias, donde acabó lógicamente detenido por las fuerzas represoras del Estado. Y todo eso adobado con un permanente ''run run'' de gargantas profundas que hablan de escándalos, fotos y revelaciones que salpican siempre a gente del partido.

¿Son las malditas microondas? ¿Por qué tantísimo jaleo en La Laguna? Según algunos, la causa de la causa del mal causado es que "alguien" que se fue del PSOE se llevó consigo el conocimiento de estas cosas que ahora están saliendo en los medios. Y como el principal "alguien" que echaron se llama Javier Abreu, saquen ustedes la cuenta. Y a todas estas, el partido en Tenerife no está mucho mejor, con Patricia Hernández apartada a un lado, José Miguel Fraga desaparecido en combate y todas las familias y corrientes enfrentadas y amuladas unas con otras, mientras lidera la mediocridad grancanaria y se hace el mayor de los ridículos con votaciones secretas donde el rencor jodelón deja al partido a los pies de los caballos.

El alcalde lagunero, José Alberto Díaz, está en una esquina, como estupefacto, con los guantes puestos, mientras el otro boxeador se está peleando a muerte con los dos preparadores, el árbitro y la chica en bañador que anuncia el asalto en una execrable costumbre machista que cosifica a la mujer y tal. Díaz tiene un gancho demoledor y la cara de un fajador peligroso, pero no le han dejado pelear. Los plenos en el municipio se han convertido en un espectáculo que no tiene que ver con el buen gobierno. La recogida de basuras ha sido sustituida por las muy penosas costumbres de apareamiento de un concejal. Las microondas han terminado tostando las neuronas del personal y la oposición ha transformado todo el mandato en una especie de culebrón latino, con su dosis de traiciones, despecho, sexo e inacabables reproches.

En las próximas elecciones municipales, dando ejemplo de seriedad, rigor y coherencia, la izquierda se presentará con una docena de partidos distintos. Eso si lo de las microondas no va a peor y acaban haciendo un partido por divo. Entonces serán más.