El barrio de El Toscal forma parte indisoluble de la memoria sentimental de los chicharreros y chicharreras, e incluso de toda la sociedad tinerfeña. Desde su fundación, en el siglo XVIII, esta zona ha estado ligada al desarrollo de la ciudad, impulsada por la próspera actividad portuaria. A lo largo del siglo XIX, y especialmente en el tránsito del XIX al XX, El Toscal conoció una etapa de mucha actividad, llegando a concentrarse allí un gran número de población, sobre todo personas humildes que vivían en casas humildes (emigrantes, obreros, trabajadores del puerto), pero también una parte de la burguesía dominante, en casas a semejanza con su posición social.

Y sin embargo, cuando uno pasea por El Toscal no reconoce en él al barrio esencial para comprender la historia de la ciudad, sino que se asombra del estado de decadencia de muchos inmuebles, de la falta de equipamientos urbanos, de las nulas señales que expliquen al visitante dónde se encuentra. Por eso, el Plan Especial de Protección (PEP) de El Toscal que ultima su trámite en el Cabildo, y cuya aprobación definitiva se espera en breve, es una herramienta legal de suma importancia para proteger a este conjunto histórico que, no lo olvidemos, es Bien de Interés Cultural desde 2007.

El Área de Patrimonio Histórico del Cabildo ha tenido siempre una posición firme respecto a la irrenunciable protección de El Toscal, y en ese sentido ha llevado un largo proceso de diálogo con el Ayuntamiento de Santa Cruz, que ha culminado con el PEP que está a punto de aprobarse definitivamente. Un plan de este tipo no sólo supone una garantía de protección de los inmuebles y del espacio comprendido en el BIC, sino también un elemento de seguridad jurídica para las personas propietarias y para otras administraciones, porque define tanto el grado de protección, como los usos y las intervenciones posibles en su ámbito. Permítanme en este punto agradecer y valorar el ingente trabajo de los técnicos insulares y municipales que han participado en el documento.

El patrimonio histórico es histórico con independencia de su monumentalidad. A menudo se reprocha a las administraciones la protección de elementos arquitectónicos más humildes, que corresponden con tipologías de viviendas populares, que no son particularmente bellos o cuya estética es discutible. Pero justo por su papel en la Historia, por el papel de los más modestos, merecen sin discusión ser protegidos. En El Toscal hay un ejemplo claro con las ciudadelas, construcciones alargadas de una sola planta, divididas en habitaciones, en cada una de las cuales vivía una familia, que compartía con las demás espacios comunes como la cocina o el baño, constituyeron un modelo de hábitat urbano presente en El Toscal, y que refleja las costumbres o hábitos edificatorios del sector más modesto de la población, a la vez que su singularidad urbanística e histórica. La expansión demográfica de Santa Cruz y la realidad del trabajo portuario no se explican sin las ciudadelas, y este plan se afana por llegar a tiempo para proteger las que quedan en pie.

Como decimos, el PEP no es únicamente un instrumento para proteger edificios. Al intervenir en un conjunto histórico, el PEP también define una reestructuración urbana para hacer de El Toscal un barrio más habitable, más agradable para residentes y visitantes, con una estética coherente y cuidada. Así pues, se conservan todas las características ambientales de este BIC, para que las nuevas edificaciones que pueda haber, estén diferenciadas y sean reconocibles, protegiendo la identidad y estética del barrio.

Conservar, rehabilitar, reformar, mejorar, poner a El Toscal a la altura de su Historia. Ése es el objetivo con el que el Área de Patrimonio lleva años trabajando y dialogando con las demás administraciones. Es una satisfacción enorme ver el Plan Especial ya terminado y consensuado, a punto de aprobarse y entrar en vigor. Desde el Cabildo tenemos la seguridad de que, en unos pocos años, con un compromiso serio y riguroso, empezaremos a ver sus frutos, y El Toscal por fin será todo lo que puede ser. Un orgullo para la ciudadanía de Santa Cruz.

*Consejera insular de Patrimonio Histórico, Juventud e Igualdad