A perro flaco todo son pulgas. Uno de los exponentes de la denominada nueva política tiene un lío de aquí te espero. El congreso de Vistalegre II de Podemos terminó con la ruptura del equipo fundacional del partido. Un sector importante de la cúpula dirigente estaba muy cabreado con las decisiones de Pablo Iglesias. Básicamente con la alianza con los comunistas españoles y con los pronunciamientos a favor de los secesionistas catalanes.

Iglesias tomó una decisión polémica, con buenos resultados. Para absorber la pérdida de votos en las elecciones generales del 26-J de 2016, Podemos se abrió a una alianza con Izquierda Unida. Y funcionó, porque los resultados electorales, que no fueron buenos, no se convirtieron en una catástrofe: el partido de Iglesias habría perdido en torno a un millón de votos sin su alianza electoral. Para Íñigo Errejón y alguna gente, sin embargo, se trataba de un error a largo plazo. Porque Podemos perdía su carácter de partido transversal, llamado a recibir el voto de los descontentos de cualquier ideología, para transformarse en un partido de la "izquierda verdadera", a la izquierda de la socialdemocracia socialista. O sea, lo que ha sido siempre IU en este país.

Y como los males nunca vienen solos, Carolina Bescansa fue la siguiente. Acuciado por sus alianzas territoriales con Colau, el líder de Podemos adoptó una confusa posición en torno al pulso soberanista de los catalanes secesionistas. Reconoció en varias ocasione su derecho a hacer una consulta vinculante sobre su autodeterminación, aunque aclarando que él estaba en contra de la ruptura. Una tierra de nadie que no dejó contento ni a españolistas ni a separatistas. Bescansa se descolgó con un contundente análisis en el que exponía que por ganar Cataluña, su partido estaba perdiendo el resto de España.

Había que cortar las malas hierbas. Y las cortaron. Sólo que las malas hierbas estaban en el núcleo fundador que entró en el Congreso para decir que en España la política había cambiado. Pero no hay nada nuevo bajo el sol. Las luchas por el poder en el seno de los partidos es casi tan vieja como la propia política.

La oferta que pretendía ''reciclar'' a Errejón como candidato a la Comunidad de Madrid se ha convertido en un caramelo envenenado. Porque el conspicuo intelectual se ha negado a ser el cabeza de una lista hecha por otros y quiere imponer un equipo propio. Y en medio de ese berenjenal, aparece fugazmente en las redes un documento elaborado al parecer por Carolina Bescansa en el que se planifica un asalto al poder en el partido para apartar a Pablo Iglesias. La de Dios es Cristo. Bescansa se ha caído de la lista de Errejón. Y luego han compuesto una forzada foto de unidad de cara al público. Pero lo trascendente es que los intestinos de Podemos han quedado expuestos. Ya se sabe cómo huele el contenido de los intestinos.