Somos conscientes de que escribir algo positivo sobre la política en general y más concretamente la española, en estos momentos, cuesta. Pero se nos antoja imprescindible, porque somos de los que creemos que no existe actividad más noble que dedicarse a los demás, y eso se llama hacer política. Y además sin esperar nada a cambio, más allá de la satisfacción del deber cumplido y recordar que esta satisfacción, les puedo asegurar, merece la pena.

Hay un principio básico e imprescindible, a nuestro entender, para hacer política. El primero es ser buena persona (en la máxima extensión del término) y segundo, estar preparado.

Por todo esto entendemos que es un acto voluntario el participar en lo público a través de los partidos políticos imprescindibles para articular una sociedad democrática, pero también lo entendemos con la misma rotundidad, el hartazgo y decepción de muchos ciudadanos (los políticos también lo somos) de los casos de corrupción demostrados y la utilización en beneficio propio de esta noble actividad.

A pesar de la valoración negativa que en todas las encuestas del CIS se tiene de la política, creo que la generalización son malas e injustas, y por tanto mayoritariamente en este país la gente es normal y honrada, que no justifica nunca esas minorías vergonzantes y vergonzosas que no cumplen los requisitos mínimos para estar en esta noble actividad ni en la vida social.

La toxicidad, o lo que es lo mismo, el crear climas artificiales negativos y además como causa general basados generalmente en datos falsos con el único objetivo de intentar hacer méritos para un fin propio, debemos detectarlos y desterrarlos de la vida pública, añadiendo el desprecio social. El que se rodea de mediocres muere siempre en manos de mediocres (principio quirúrgico), por eso hay que huir siempre del halago fácil y de la ausencia de críticas, porque no conducen a nada. Aunque puedan resultar dulces al oído de forma momentánea, nunca arreglan ningún problema. El silencio no es rentable, ni tiene que ver con la prudencia.

Siempre hemos afirmado, a nivel privado y público (que son muchos), que la política son sentimientos y referencias en donde las ideologías están en segundo plano. Los votantes (y los políticos también votamos) lo hacemos por lo que sentimos y por lo que son de referencia para nosotros al votarles. Por eso cuando se sienten agredidos los sentimientos o dejan de ser referencia, la inversión de la tendencia es dificilísima. Los logros políticos que se expresan mayoritariamente en números hay que vincularlos siempre a sentimientos sociales, y saber repartir de forma coherente el crecimiento.

Creo que estos principios son imprescindibles, y nosotros lo intentamos siempre practicar. En definitiva, practicar el humanismo activo. Dedicarse al hombre, independientemente de su condición, género, ideología, color o religión.

Nosotros estamos en política activa desde hace más de doce años y además dentro del Partido Popular, con un compromiso formal, público y notorio, como liberal que somos. Encantados. Asumiendo con orgullo nuestro ideario y compromiso social, aceptando con modestias nuestras debilidades, pero también orgullosos de nuestros aciertos, pero creemos oportuno recordar, y a nosotros nos complace, que llevamos todo nuestro proyecto social comprometidos con la sociedad que nos ha tocado vivir. Se nos viene a la memoria ahora como fuimos delegado de clase, el vicedecano más joven de España, cofundador del Club Liberal de Tenerife, vicerrector de la Universidad de La Laguna, académico de medicina, subdirector médico, vicepresidente del Cabildo con el Partido Popular, etc., etc., lo que ha hecho que este compromiso social nos reconforte, sinceramente, porque merece la pena dedicarse a los demás.

Nosotros hacemos política como operamos. Seriamente. A veces bien, a veces regular, en ocasiones mal, pero nunca negligentes. Cuando nos equivocamos pedimos perdón humildemente, pero también, por qué no decirlo, aunque nuestra vanidad está muy llena (será por la edad), exigimos respeto por las cosas bien hechas. Nos adelantamos a decir que nos sentimos muy bien considerados y respetados a nivel socio-político, y por los medios de comunicación, que hacen que se convierta en vitaminas intravenosas para seguir trabajando por los demás.

Todas las reflexiones anteriores hacen que no tomemos ningún tipo de impostura distinta a la normalidad, que por cierto tiene un gran futuro en política. Queremos decir que hablamos de la misma manera con un compañero, con un ciudadano, en un medio de comunicación, en un quirófano o en un mitin. No hacemos ningún tipo de esfuerzo para lograr otros atributos que nos lleven a ganar el respeto de la gente.

Tocando tierra en la política diaria y como portavoz del Partido Popular del Ayuntamiento de La Laguna, debo decir que el clima tóxico existente en algunas facetas de la vida política hace muchas veces que uno se sienta desilusionado y entristecido, pero tenemos muy claro que con mucha pasión, con mucha dedicación, La Laguna merece la pena. No en vano es un municipio único, por su ciudadanía, por su cultura, por ser tricontinental?

No entrando nunca a estar conmigo o contra mí, con respeto personal siempre por encima de las ideologías, ni abrir causas generales que descalifican a quienes las toman. Para decir que hay cosas que funcionan mal siempre hay que reconocer las cosas buenas y que funcionan. Por eso buscamos consensos con todas las fuerzas políticas para los grandes problemas que tenemos los ciudadanos que vivimos en La Laguna.

Por cierto, creemos profundamente en las redes sociales, pero que exista gente que esté en política activa y que las use para insultar, descalificar falsamente, es una muestra más de irresponsabilidad. Y hay gente que lo hace, y se confunde. Además intentando crear problemas en las organizaciones a las que pertenecen. Hay que respetar los tiempos, que son distintos (jurídicos, periodísticos y políticos).

Nosotros utilizamos todos los instrumentos democráticos que están a nuestro alcance, y de forma responsable, y dentro de esos instrumentos está la moción de censura. Pero sin estar en la algarada y para mejorar, no para empeorar. Siempre con un programa público y transparente, sin intercambio de sillas ni prebendas. Ante notario.

Nuestro compromiso no es con un alcalde, concejal ni siglas políticas del gobierno o de la oposición, y quizás algunos y algunas no se han enterado. Nuestro compromiso es con el ciudadano, nuestro país, con La Laguna y nuestro partido, del que nos sentimos profundamente orgullosos de pertenecer. No entramos en circos que busquen venganza ni rencillas personales. Creemos que no existe buena política sin los medios de comunicación. No como propaganda, sino como divulgación de las ideas y acciones.

Responsabilidad política. Pasión por la política.

*Portavoz del PP en el Ayuntamiento de La Laguna y senador por Tenerife