Ya suenan los claros clarines. Descorchen las botellas de champán. Hemos sudado la camiseta, pero ha merecido la pena. Los Presupuestos Generales del Estado nos van a dedicar algo más de dos mil cien millones de euros. Y los fondos RUP europeos no sólo no se van a recortar, como parecía que iba a pasar a consecuencia del "brexit", sino que van a subir. Esos cuatro o cinco mil millones que recibimos cada año, como el maná de los judíos en el desierto, van a seguir fluyendo.

Queda un pequeño detalle. Perdonen que ponga un toque de pesimismo en la triunfal fanfarria. Un país que de verdad quiera garantizar su futuro tiene que basar su vida en un modelo sostenible. Un pueblo que basa su prosperidad en los subsidios se está colocando una pistola de incertidumbre en la cabeza. Y una economía que se acostumbra a competir con el auxilio de las subvenciones está condenada a que cuando le quiten las muletas se va a pegar el batacazo del siglo.

Si Canarias está recibiendo hoy más dinero que nunca es gracias a los dos votos de Ana Oramas y Pedro Quevedo que le hacen falta a Rajoy en Madrid. Porque si no, estaríamos aún del rincón en el ángulo oscuro, comiéndonos los mocos. No nos dan más dinero porque hayan comprendido que en Canarias existe un costo de la insularidad que supone un 22% del valor añadido bruto regional. Ni porque hayan entendido que nuestros servicios públicos son peores porque cuestan más y porque están mal financiados. Nos dan pasta por votos. Y punto pelota.

Existe una sutil diferencia entre un mendigo y un tipo que te apunta con una pistola con dos balas. Canarias dejó de extender la mano para poner el dedo en el gatillo. Y se nota. Pero esto es pan para hoy y hambre para mañana. Cuando perdamos poder en Madrid volverán a pasar de nosotros, como siempre.

Lo más inteligente que hemos hecho, por lo tanto, no es haber conseguido más dinero, sino haber consolidado normas del máximo nivel que van a proteger -en la medida en que es posible hacerlo legalmente- los derechos fiscales de los canarios. La noticia no es que tengamos dos mil cien millones de euros para 2018, es que nos hemos asegurado de que no metan mano en nuestros propios recursos. Cuando el Estado configure un nuevo sistema de financiación para las comunidades autónomas, nos tocará más o menos (según la fuerza que tengamos en ese momento) pero estaremos a salvo de perder nuestros fueros históricos.

Con carácter general, sin embargo, una buena cosa que podríamos hacer los canarios es superar el periodo de lactancia. Hay que aprender a caminar sin andador. Hay que producir y competir sin muletas. Para deshabituarse de la droga dura hace falta un largo tránsito que permita al cuerpo superar la abstinencia. Pero al final se consigue. Cuando guardemos el champán, sería bueno plantearlo.